La candidata de Sumar, Yolanda Díaz, compareció al filo de las 12 de la noche con una enorme sonrisa y acompañada de los líderes de los principales partidos de su coalición –Ione Belarra, Alberto Garzón o Mónica García– para valorar un resultado que, prometió, permitirá a la formación «gobernar mejor» y «seguir ensanchando derechos».
En mitad de un ambiente de euforia y con gritos de «presidenta» en la sede madrileña de Sumar, Díaz no hizo referencia expresa a la abstención de Junts que necesita necesariamente el Gobierno progresista para mantenerse en la Moncloa. Pero sí aseguró que «desde mañana mismo» su intención es empezar a negociar «para garantizar el Gobierno de España» con todas las formaciones «progresistas» y «demócratas», un matiz este segundo con el cual Díaz se refería indirectamente al partido de Carles Puigdemont.
Esas conversaciones no serán fáciles, pero en la sede de Sumar el ambiente era de alegría desatada ante la posibilidad de mantenerse dentro del Ejecutivo, algo que hace un par de semanas parecía completamente fuera de su alcance. «Hemos hecho lo imposible», «la democracia hoy ha ganado y sale fortalecida», aseguró Díaz, que afirmó que «los españoles» han cambiado «democráticamente» el «guion» y el «relato» por el cual un Gobierno de la derecha era poco menos que inevitable.
En cualquier caso, y pese a que el bloque progresista ha logrado frenar el tan cacareado «verano azul» que prometía el PP, los resultados de Sumar no son especialmente buenos, al menos si se comparan con los que obtuvieron —por separado— en 2019 las candidaturas de Unidas Podemos, por una parte, y Más País-Compromís, por la otra. Conjuntamente, esas formaciones, que en estas elecciones han concurrido aliadas en Sumar, acumularon un 15,3% de los votos: un 12,8% los morados y un 2,5% la lista capitaneada por Íñigo Errejón. Son tres puntos porcentuales más que los sufragios que logró este domingo Díaz, que pierde más de 700.000 votos.
Cierto es, también, que el contexto no es el mismo que el de hace cuatro años, si bien los 35 diputados de Unidas Podemos en noviembre de 2019 fueron el peor resultado de Pablo Iglesias como candidato. Pero, si se toma como referencia al bloque progresista, es Sumar —y ERC, que registra un sonorísimo batacazo— la formación que cae: el PSOE gana dos escaños y 3,7 puntos porcentuales de voto con respecto a 2019, y el espacio a la izquierda de los socialistas, que ahora lidera Díaz, encoge pese a haber unido a todos los fragmentos que una vez formaron parte de Podemos y sus alianzas territoriales y haber incluido actores nuevos como la Chunta Aragonesista.
Además, y pese a que era uno de sus objetivos declarados, Sumar no consigue colocarse como tercera fuerza en el Congreso de los Diputados, incluso con el descalabro de Vox, que tendrá dos escaños más que Díaz —33 frente a 31—. Sumar ha obtenido apenas una décima menos que la formación ultraderechista (un 12,3% frente a un 12,4%), pero el mejor desempeño de Vox en las provincias pequeñas, de corte más rural y conservador, permite al partido de Santiago Abascal mantener la tercera posición que ya consiguió hace cuatro años.
Si los resultados se analizan a nivel territorial, Cataluña es una de las comunidades donde Sumar aguanta mejor el tirón. La coalición iguala los siete escaños que obtuvo En Comú Podem allí hace cuatro años, y consigue ser segunda fuerza por delante de ERC y Junts, aunque a un mundo del PSC y sus 19 escaños. En Andalucía, igualmente, Sumar no pierde ningún diputado con respecto a los seis que consiguió en 2019. Y ocurre lo mismo en Galicia (dos actas), Aragón, Asturias o la Región de Murcia (un escaño en cada una de esas comunidades).
Por el contrario, los mayores batacazos se producen en Euskadi, donde Sumar pierde dos de los tres diputados que tenía Unidas Podemos y solo retiene el de Bizkaia, y Navarra, donde Díaz tampoco puede mantener la única acta de los morados hace cuatro años. En Madrid la alianza pasa de siete diputados (cinco de Unidas Podemos y dos de Más País) a seis, y en la Comunidad Valenciana los cinco escaños de 2019 (sumados Unidas Podemos y Compromís) se convierten en tan solo cuatro, porque Sumar no consigue el diputado por Castellón. En Baleares y Canarias, por su parte, la candidatura de Díaz se deja un escaño por comunidad.