El PSOE salió «enchufado» de la convención política que celebraron los socialistas hace justo una semana en A Coruña. Lo acreditaban así diferentes fuentes del partido. Insistían en esa idea algunos miembros de la dirección tras la reunión de la Ejecutiva Federal del lunes. Pero poco ha durado la paz en la casa socialista tras un enfrentamiento público y abierto entre Ferraz y el barón más crítico, el presidente castellano-manchego, Emiliano García-Page, y con la incógnita del futuro liderazgo del partido en la Comunidad Valenciana. Todavía colea, además, la salida de la Ejecutiva de Mayte Pérez, secretaria general de la federación aragonesa y afín a Javier Lambán, expresidente de Aragón y también crítico del presidente Pedro Sánchez.
El cabreo en la sede socialista con el presidente de Castilla-La Mancha ha alcanzado altas cotas tras las palabras de Page asegurando que el PSOE «no es un partido del que se pueda dudar constitucionalmente», pero insistiendo en que su formación está situada ya «en el extrarradio de la Constitución». «Es feo lo que dice y cómo lo dice», asegura un dirigente socialista con mando en plaza. Esta fuente le emplaza a trasladar sus críticas a los foros internos del partido. En este último mensaje también insiste otra de las fuentes de la dirección consultadas, que recuerda que podría haber mostrado su postura disonante en la convención política de A Coruña. Aunque Page no asistió. Estaba de viaje oficial en China, algo que llevaba «meses» organizándose, según excusó su equipo.
Apuntan a que Page «busca su hueco» y pese a que reconocen que su figura suma votos, dicen «sin el PSOE no sería nada». Todo ello, después de que el dirigente autonómico se preguntase si tenía «que pedir perdón por ganar» elecciones, en lo que parecía un mensaje a Óscar Puente, ministro de Transportes y que perdió la Alcaldía de Valladolid tras ser el más votado en las últimas municipales pero no poder sumar con la izquierda. Page cuenta con mayoría absoluta en Castilla-La Mancha. Junto a Puente, contestaron al barón crítico Santos Cerdán, secretario de Organización; José Luis Ábalos, exministro; o la vicesecretaria general, María Jesús Montero, entre otros.
La vicepresidenta primera le advirtió de que «ese no era el camino», aunque todas las fuentes socialistas rechazan que se vayan a tomar más medidas, como la apertura de un expediente. Todo ello, pese a que las declaraciones no han sido lo único que ha generado un gran malestar dentro del partido. El miércoles, el presidente también se dejó ver con otros líderes autonómicos -todos del PP- para denunciar la «infrafinanciación» de su región. «A mí están a punto prácticamente de extraditarme. Echan a todo el que se opone», dijo ante Carlos Mazón, Fernando López-Miras y Juanma Moreno, presidentes de la Comunidad Valenciana, Murcia y Andalucía, respectivamente.
En lo referido a las críticas a Sánchez, Lambán era el eterno compañero de Page. El expresidente de Aragón, que fue desalojado del Gobierno autonómico por la suma de PP y Vox el año pasado, lleva tiempo fuera de foco debido a problemas de salud. Sin embargo, su nombre también ha resonado esta semana después de que la remodelación «quirúrgica» realizada por Sánchez de la dirección federal se haya quedado sin representantes afines a Lambán. En el Comité Federal celebrado el pasado domingo se aprobó la sustitución de Mayte Pérez, secretaria general de la federación aragonesa. Como respuesta, los miembros del PSOE de Zaragoza y Teruel optaron por no asistir al Comité. Fuentes de Ferraz se limitaron a señalar que «ni pueden ni deben entrar en debates de las federaciones».
En ese argumento se escudaron también para referirse a la Comunidad Valenciana, donde la sucesión de Ximo Puig amenaza con enturbiar la paz. El expresident anunció el 16 de diciembre que daría «un paso atrás» tras ocho años liderando el Govern. La idea de Sánchez -refrendada por Puig- es que sea la ministra de Ciencia, Diana Morant, la que se haga cargo de la federación valenciana. No obstante, no las tiene todas consigo, pues cuenta con hasta dos posibles rivales: Alejandro Soler, presidente del partido en Alicante, y Carlos Bielsa, alcalde de Mislata, donde cuenta con una holgada mayoría absoluta.
Algunas fuentes del partido valenciano restan posibilidades a ambos -a los que llegan a definir como «frikis»-, pero los hechos demuestran lo contrario. La Ejecutiva valenciana aprobó el pasado lunes el calendario de primarias. La votación de la segunda federación con más militantes del PSOE (18.000) se producirá el 25 de febrero. Este sábado tiene lugar el comité del partido que convoca oficialmente las primarias y la presentación de precandidaturas está fijada para los días 29 y 30 de enero, cuando se aclarará finalmente si hay o no unidad. Es lo que pretende el presidente y también la ministra, que podría quedar tocada políticamente si pierde las primarias.