Lun. Dic 16th, 2024

Nuestro calzado cambia según la época del año en la que estemos, pero siempre deberíamos escoger zapatos que cuiden la salud de nuestros pie, especialmente en la infancia.

Por eso, y aunque en verano las tiendas se llenen de coloridos y sofisticados diseños, no debemos dejarnos guiar únicamente por la estética, y saber elegir el zapato más adecuado para los niños.

Te damos las claves para elegir un calzado que cuide la salud de sus pies y su desarrollo físico y motor.Niños descalzos, siempre que se pueda
A los niños les encanta caminar descalzos y es muy beneficioso que lo hagan siempre que sea posible y no haya peligro en ello. Pero es muy importante no caminar descalzos por superficies que podrían estar excesivamente calientes, como la arena de la playa más alejada de la orilla, suelos de piedra o asfalto, o incluso césped artificial.

Tampoco se recomienda hacerlo en entornos públicos (piscinas, vestuarios, parques infantiles…) pues el suelo está sucio, puede contener elementos cortantes e incluso ser foco de bacterias, hongos e infecciones para los pies.Los bebés que no caminan no necesitan zapatos, y cuando ya empiezan a hacerlo hemos de escoger un calzado adaptado a cada etapa de la vida.

Así, los niños que empiezan a caminar deben contar con un calzado ergonómico que les proteja el pie, pero que no limite sus movimientos para su correcto desarrollo psicomotriz. En este sentido, hemos de optar por zapatos ligeros y flexibles, que no sujeten su tobillo pero los proporcionen estabilidad.

A medida que el niño vaya creciendo, la flexibilidad de los materiales debería seguir siendo la característica principal de cualquier calzado, para que el pie pueda moverse siempre libremente.

Evita o limita el uso de chanclas y zuecos
Las chanclas y zuecos de goma son un calzado colorido, divertido y práctico, y por eso no suelen faltar en nuestro armario en los meses de verano. Pero los expertos apuntan a que este tipo de calzado provoca gestos inadecuados en el pie y los dedos que interfieren en el proceso de la marcha, pudiendo ocasionar lesiones en pie y tobillos, así como rozaduras en la piel.

Por eso, su uso está desaconsejado en niños pequeños (por lo menos hasta los cuatro o cinco años) y debería ser muy puntual en niños más mayores, destinándolo exclusivamente a la playa o a la piscina, a fin de evitar quemaduras y hongos en los pies.

En este sentido, los expertos recomiendan optar por calzado con velcros, hebillas o cordones pues son los mecanismos de cierre que mejor sujetan el calzado en niños.

Zapatos del tipo bailarinas, merceditas, mocasines, así como las chanclas y zuecos que comentábamos más arriba, deberían evitarse.

Sencillez de diseño = comodidad

Especialmente en verano, los escaparates de las tiendas se llenan de zapatos  con coloridos y sofisticados diseños, y con tanta variedad es fácil dejarse guiar por la estética antes que por la sencillez y practicidad.

Esto nos lleva en ocasiones a elegir para los niños calzados con múltiples tiras, adornos o broches que pueden acabar provocando fricción en la piel del piel y propiciar la aparición de ampollas o rozaduras.

Por eso es preferible optar por un calzado sencillo con el que el niño se sienta cómodo para realizar su actividad diaria.

Zapatos siempre acordes a su talla

Aunque en la primera etapa de la infancia pareciera que el pie de los niños crece por momentos, hemos de ser muy cautos a la hora de elegir su talla y no caer en el error de comprar zapatos más grandes para que le duren el mayor tiempo posible.

Es difícil que un niño pueda aprovechar los zapatos de un verano para otro, por eso es importante comprar un calzado se acomode siempre al tamaño real de su pie (aunque esto implique cambiar de zapatos cada temporada).

Elige materiales adecuados

A la hora de comprar un zapato no debemos fijarnos exclusivamente en su diseño, sino en los materiales con los que está fabricado.

En este sentido, los expertos aconsejan optar por materiales naturales como la piel y el tejido (algodón, loneta, tela…), que además de ser flexibles permiten al pie transpirar correctamente, evitando el exceso de sudoración, el mal olor y la aparición de hongos.

No se recomienda utilizar zapatos confeccionados en materiales sintéticos, así como en plástico o goma, pues no permiten al pie transpirar.

También hemos de tener en cuenta la calidad de los materiales internos del zapato, que sean transpirables, de rápido secado y que no perjudiquen en ningún momento el crecimiento del pie del niño. En cuanto a la suela, se aconseja que sea ligera, antideslizante (para evitar caídas o resbalones) y esté fabricada con materiales resistentes a la abrasión y al desgaste.

Si el niño utiliza calcetines en un momento puntual deben estar confeccionados en algodón 100% y ajustarse bien al pie, para evitar el exceso de sudor y el mal olor aparejado.

Revisa sus pies con frecuencia

Calzado de verano

Hay que saber que en verano los pies sufren especialmente, por lo que debemos revisar los pies de los niños con frecuencia.

Para empezar, el hecho de caminar descalzos o con calzados semiabiertos hace que la piel se seque con mucha más facilidad. Por este motivo es muy importante la hidratación de la piel de los pies a diario.

También debemos procurar que los pies estén siempre secos para evitar la aparición de hongos, una de las patologías típicas del verano. Así, cuando los niños salgan de la piscina o la ducha procuraremos secar sus pies sobre todo  entre los dedos, y cuando se calcen optaremos por zapatos transpirables, según lo recomendado.

Igualmente, deberemos revisar con frecuencia las uñas para asegurarnos que no presentan alteraciones o patologías, siendo las más frecuentes en verano los uñeros o uñas encarnadas (que pueden complicarse si el niño juega descalzo con la pelota o practica juegos de impacto sin zapatillas), la infección por hongos y las lesiones y traumatismos provocados, por ejemplo, al caer sobre el dedo un objeto pesado o tras sufrir un pisotón sin calzado.

¿Qué zapatos son los más recomendados?

Atendiendo pues a estos consejos, los mejores zapatos de verano serían aquellos que se adapten correctamente al pie del niño, proporcionen estabilidad y firmeza, le permitan moverse, correr y jugar sin alteraciones en la marcha ni rigidez en sus dedos, y eviten el exceso de sudor permitiendo a la piel respirar.

Según la ocasión, la forma de vestir o el tipo de actividad que vaya a hacer el niño, el calzado podría ser sandalias de paseo confeccionadas en piel que sujeten el pie, sandalias deportivas con suela robusta y agarre firme, especialmente pensadas para caminar o hacer senderismo, o zapatillas de deporte o de tipo loneta, que permitan al pie transpirar. Para la playa y la piscina se podrán utilizar sandalias o zuecos de goma, pero exclusivamente para este uso.

Por Admins

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