Nadia Geilani Gutiérrez (39 años), doctora en un hospital de Bengasi, a 300 kilómetros de Derna, describe por teléfono a 20minutos la situación en la ciudad arrasada el domingo por el ciclón Daniel como «horrible». Esta hija de padre libio y madre española cuenta que la Administración local está desbordada y no sabe organizar la gestión de esta enorme tragedia, y pide a España, su otro país, que aporte ayuda para acelerar los rescates.
Hasta este martes, tres días después del ciclón que acumula más de 6.200 muertos, 9.000 desaparecidos y 30.0000 desplazados, Nadia no había podido contactar con sus compañeros oftalmólogos de Derna, compañeros que lamentan que no haya llegado ninguna ayuda a sus hospitales. «Por no tener no tienen ni luz, ni agua, ni comida, ni conexión a internet».
«Un tercio de Derna está incomunicado. Un amigo me dice que hay cadáveres en el barro, y bajo edificios, que no pueden ser rescatados», continúa. Según le cuentan sus contactos de la Media Luna Roja (Movimiento Internacional de la Cruz Roja), la urgencia más inmediata ahora son bolsas de cadáveres: «No hay, faltan un montón y están haciendo un llamamiento [para solicitarlas]. Nunca ha habido algo así y no estamos preparados», lamenta.
La doctora agrega que les siguen faltando gente especializada en catástrofes y medios aéreos para poder llegar a sitios que están incomunicados. En ese contexto, los hospitales de Bengasi, la segunda ciudad libia, están intentando enviar ambulancias al área afectada para evacuar heridos.
Familias enteras desaparecidas
Nadia relata que «en Libia nunca ha habido un fenómeno así y que la gente no sabe cómo afrontarlo, ni siquiera cómo organizarse». Y pide a España que envíe «gente especializada» en desastres y ayuda al área.
A ella, la tragedia le ha tocado de cerca: tiene una amiga en Bengasi cuya familia es de Derna: «Sobrevivieron a la tormenta, y cuando llegó la avalancha de agua desapareció su edificio, un edificio con 20 personas». Desde el domingo no tiene noticias de ninguno de sus familiares y «está esperando a ver si les encuentran vivos o muertos». En Libia, explica esta doctora hispanolibia, muchas familias residen en el mismo edificio, y la rotura de las presas los ha destrozado.
Nadia está lista para viajar a Derna si piden médicos voluntarios en cuanto se pueda llegar a trabajar. «Iré en el momento en que se nos necesite», asegura. Mientras confía en que se puedan recuperar cuanto antes los cadáveres que expulsa el mar y que han quedado sepultados bajo las cientos de edificaciones derribadas por el ciclón. «La ciudad puede sufrir problemas sanitarios muy graves si no se retiran los muertos a tiempo».