Sin embargo, el informe también señala otros episodios que ponen en cuestión la actuación de miembros del Gobierno. La UCO expone que Pedro Sánchez le dio el visto bueno a Ábalos cuatro días antes de que este se reuniese con la vicepresidenta de Venezuela, Delcy Rodríguez, en el aeropuerto de Madrid pese a estar vetada por la Unión Europea. Moncloa no niega el mensaje del presidente que recoge el informe, aunque detalla que en cuanto Sánchez fue consciente de que Delcy Rodríguez estaba vetada en la Unión Europea, desautorizó el encuentro oficial que había solicitado Ábalos.

De hecho, aseguran que si el exministro acudió al aeropuerto igualmente, y así lo hizo, fue por su propio pie. «Se deniega esa visita», reiteran fuentes de Moncloa, que indican que es Ábalos quien en todo caso debe dar explicaciones sobre por qué se produjo igualmente. Sin embargo, las versiones anteriores del Ejecutivo contrastan con esta última, ya que en su momento Moncloa reconoció su intención de que Ábalos acudiese a frenar lo que podía desembocar en una crisis diplomática.

En este sentido también se refirió Pedro Sánchez, que aunque insinuó que la decisión de acudir al aeropuerto y verse con Delcy Rodríguez fue exclusivamente de Ábalos, a su juicio el exministro había tenido «muy buen juicio» al hacerlo para evitar la mencionada crisis entre ambos gobiernos.

Ahora Moncloa asegura que nada tuvo que ver en esto y tampoco reconoce esa decisión del ministro. Todo lo contrario: el Gobierno exhibe su «contundencia y celeridad» a la hora de suspender de militancia a Ábalos. «Tolerancia cero», señalan las mismas fuentes, que recuerdan que además de abrirle un expediente para expulsarle, crearon una comisión de investigación en el Congreso para dirimir responsabilidades y aseguran que colaborarán con la Justicia en lo que sea necesario.

Contrastan estas palabras con las de hace unos meses, cuando desde Moncloa afirmaban que, pese a invitarle a irse del partido, aún no había «reproche penal» contra Ábalos. De hecho, había miembros del Gobierno que aún dedicaban buenas palabras hacia su excompañero y evitaban hacer sangre. Hasta el momento, también eludían hablar de su expulsión definitiva del partido, alegando que no podían hablar de su expediente de expulsión «por protección de datos», pero ahora ya le ven fuera del PSOE. Apuntan a que los propios estatutos del PSOE le obligarían si se le imputa finalmente. «Terminará como terminará. Si se le imputa, se irá», aseveran.

Fuentes de Ferraz también hacen hincapié en la «celeridad y la contundencia» con la que actuaron contra Ábalos tras saltar las primeras informaciones sobre el caso Koldo. «El PSOE ha reaccionado ante lo que le correspondía», señalan desde la Dirección socialista, que recuerdan que lo hicieron pese a las críticas de algunos de haber cortado demasiado pronto de raíz. «La suspensión de militancia y la exigencia del acta de diputado fueron inmediatas, y lo serán en cualquier caso», auguran ahora que la imputación de Ábalos parece cercana.

Tal y como apunta el Gobierno, el PSOE también asegura que «confía en la Justicia» y ve «necesario» que se conozca «toda la verdad» sobre este caso. Sobre si esto puede salpicar a Sánchez, en Moncloa también quieren dejar claro que «no hay nada, cero, que termine salpicando al presidente«.