La muerte política de Pedro Sánchez se ha pronosticado casi tantas veces como la retirada escénica de los Rolling Stones. Pero así como los octogenarios rockeros continúan girando por el mundo ante generaciones incrédulas, Sánchez se mantiene en primera línea de la política española a base de giros de guion inesperados. La carta que publicó el miércoles en X podría ser uno de ellos. Pero cabe la posibilidad de que el hombre que denunció la corrupción del PP de Mariano Rajoy y ocupó su puesto en la Moncloa abandone el cargo este lunes rodeado de sombras: desde el caso Delcy y la trama Koldo hasta la investigación de Pegasus y las sospechas que se ciernen sobre su esposa.
Todas estas cuestiones se entrelazan en mayor o menor medida y han dado lugar a que la legislatura de la amnistía, otro asunto que también ha contribuido al desgaste del Gobierno, haya virado por otros cauces y ahora también se remita a la corrupción durante la pandemia. Entre el 19 y el 20 de enero de 2020 ocurrió en el aeropuerto de Barajas el primero de estos sucesos.
Las maletas de Delcy
La vicepresidenta de Venezuela, Delcy Rodríguez, aterrizó en Madrid pese a tener prohibida la entrada en territorio de la Unión Europea. Recién entrada la madrugada del 20 de enero, Rodríguez llegaba en un avión privado con un séquito de cinco personas, parte miembros de su gobierno, parte empresarios.
Cuando la vicepresidenta venezolana aterrizó, aparecieron a pie de pista el entonces ministro de Transportes y secretario de Organización del PSOE, José Luis Ábalos, y su escudero y asesor, Koldo García. Rodríguez saldría de España esa misma mañana, pero antes se descargaron de su avión más de diez maletas que luego volvieron a subirse a bordo. Su contenido se desconoce todavía. El Gobierno nunca hizo aclaraciones sobre el encuentro y jamás reveló el contenido de aquellas maletas de las que Koldo García no quiere hablar «ni muerto».
El caso se judicializó y acabó archivado. Pero este año, al salir a la luz el caso Koldo -la supuesta trama de comisiones ilegales a cambio de adjudicaciones públicas para compra de material antiCovid-, el PP busca reabrirlo por su «clara relación» con la trama corrupta que investigan las dos Cámaras parlamentarias. Una de las hipótesis que maneja el PP, según dijo el 12 de marzo Alberto Núñez Feijóo, es que las maletas de Rodríguez portasen los 176 millones de euros que el Gobierno de Venezuela debía a la aerolínea Air Europa. Así, relaciona el ‘Delcygate’ con la trama Koldo y también con la esposa de Pedro Sánchez, Begoña Gómez, que a comienzos de la pandemia mantuvo relaciones laborales con el CEO de Globalia, propietaria de la aerolínea.
El ‘aizkolari’ que torció la legislatura
Antes de que las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad detuvieran a Koldo García, el caso Delcy había caído en el olvido, Sánchez mantenía una imagen alejada de la corrupción y la amnistía copaba la actualidad política. García fue detenido el 21 de febrero y puesto en libertad al día siguiente. El juez instructor de la Audiencia Nacional Ismael Moreno lo investiga por presuntas mordidas en la venta de mascarillas durante la pandemia.
La mera trayectoria del «último ‘aizkolari’ socialista», como lo apodó Sánchez en 2014, perjudica a la imagen del Partido Socialista. Koldo García pasó de ser chofer de Ábalos a ser su asesor y aprovechó la posición alcanzada para liderar una presunta trama de corrupción en plena pandemia. Está imputado en la Audiencia Nacional por el cobro de comisiones ilegales a través de la empresa Soluciones de Gestión, que vendió material sanitario al Gobierno y otras entidades públicas. Se le atribuyen presuntos delitos de pertenencia a organización criminal, blanqueo de capitales, cohecho y tráfico de influencias.
Se habría aprovechado de su posición en el Ministerio de Transportes para contratar con al menos tres ministerios -Interior, Sanidad y Transportes- y dos comunidades autónomas -Baleares y Canarias-. Koldo García aumentó notablemente su patrimonio entre 2020 y 2022, adquirió varios bienes inmuebles en el Levante español y trató de ocultar su aumento patrimonial a través de su esposa, su hija y su hermano.
La investigación de estas actividades en la Audiencia Nacional explica en parte la decisión que tomó el presidente este miércoles. Desde aquel 21 de febrero se han creado dos comisiones parlamentarias para investigar la posible corrupción durante la pandemia. Los ataques de la oposición se han multiplicado y la hostilidad en el Parlamento es absoluta. Han sido meses de fuego cruzado entre el PP y el PSOE, que ha puesto su objetivo en Isabel Díaz Ayuso y en su pareja, que confesó haber cometido delitos contra la Hacienda Pública.
Los ataques a su mujer, la posible línea roja de Sánchez
En medio de este clima político de absoluta crispación, varias informaciones han apuntado a las actividades laborales de la esposa de Pedro Sánchez. La «galaxia ultraderechista» ha cruzado una posible línea roja para el presidente, que ha confesado no saber si «merece la pena todo esto». Las noticias publicadas apuntan a dos actividades sospechosas realizadas por la mujer de Sánchez.
Por un lado, sus reuniones con el CEO Globalia, holding propietario de Air Europa, que resulta ser Javier Hidalgo, investigado como parte de la trama Koldo. La mujer de Sánchez se reunió con Hidalgo antes de que el Gobierno rescatara a Air Europa. Globalia llegó a patrocinar actividades de Gómez como directora del Instituto de Empresa África Center. El Consejo de Ministros, y Pedro Sánchez no se abstuvo, aprobó un rescate de 475 millones de euros para la aerolínea.
Una segunda cuestión que salpica a Gómez es la firma de dos cartas de apoyo a una unión temporal de empresas (UTE) que se había presentado a un concurso público del ente Red.es. El principal accionista de la UTE era el empresario Carlos Barrabés, quien participó en el diseño de un máster de la Universidad Complutense de Madrid dirigido a día de hoy por Gómez. La UTE acabó ganando los tres lotes a los que optaba, una adjudicación total de 10,2 millones de euros, pese a que no presentó la oferta más barata.
La organización Manos Limpias, sospechosa de hacer un uso torticero de la acusación popular, reunió varias informaciones sobre Begoña Gómez en una querella que fue admitida a trámite el 16 de abril. Este miércoles por la mañana se supo de la apertura de diligencias y al llegar la tarde Sánchez abrió su proceso de «reflexión».
La Audiencia Nacional reabre el caso Pegasus
Para culminar la tormenta perfecta, este martes la Audiencia Nacional reabrió la investigación sobre el espionaje a los móviles de Sánchez y de varios de sus ministros. La llegada de nuevos datos de Francia han hecho considerar al instructor José Luis Calama la apertura de una causa sobreseída provisionalmente. El juez investigó el presunto espionaje con el programa Pegasus durante un año.
Pero la «absoluta» falta de cooperación de Israel, país en el que reside la compañía que desarrolló el software, le hizo imposible continuar. Paralelamente, un juzgado barcelonés investiga el espionaje al teléfono del president Pere Aragonés, también a través de Pegasus.
Las fechas en que se espió a Pedro Sánchez y a los ministros Fernando Grande-Marlaska, Margarita Robles y Luis Planas coinciden con un momento de máxima tensión en las relaciones España-Marruecos a raíz del traslado del líder polisario Brahim Ghali a España. A día de hoy no se sabe quién infestó el dispositivo de Sánchez ni qué información obtuvo.