Todas las opciones están abiertas. El presidente Pedro Sánchez revelará el lunes su futuro, después de la carta que publicó el miércoles pasado en la que anunciaba que estaba valorando seriamente dimitir del cargo. Nadie en su entorno -salvo su mujer, quizá- conoce sus intenciones. La renuncia, por tanto, es una opción posible que está sobre la mesa y si lo hace, son varios los nombres de colaboradores cercanos a Sánchez que podrían estar en la casilla de salida para sucederle. En el PSOE, de todas formas, no están en eso ni mucho menos; de momento piden al presidente que se quede y aguantan la respiración hasta el lunes.
Si Sánchez dimitiera, la persona destinada a sucederle al frente del Ejecutivo tendría que someterse a una nueva sesión de investidura en el Congreso, pues son las Cortes Generales las que eligen a la persona que ocupa la Presidencia del Gobierno.
María Jesús Montero
La vicepresidenta primera y ministra de Hacienda es, se podría decir, el relevo natural. Es la número dos del Gobierno y también del PSOE, puestos a los que ha ido escalando desde que accedió al primer Ejecutivo de Sánchez en 2018.
Con muy buena imagen entre los votantes del PSOE, Montero se ha demostrado como una hábil negociadora en todos los Presupuestos Generales del Estado que ha pilotado en estos años. No logró sacar adelante las primeras cuentas en las que trabajó, motivo por el cual se convocaron las elecciones de 2019. Pero a raíz de la formación del Gobierno de coalición con Unidas Podemos, los Presupuestos fueron saliendo en tiempo y forma, salvo este año, que el presidente optó por prorrogar los de 2023 ante la convocatoria de elecciones catalanas.
A lo largo de estos años, Montero se ha ido ganando la confianza de Sánchez hasta convertirse en una de sus más estrechas colaboradoras. Si fuera la sucesora, a nadie le extrañaría. Pero tampoco se conocen las intenciones de ella. De momento, como el resto del partido, apoya a Sánchez de manera inequívoca y le pide que continúe.
Pilar Alegría
La voz del Gobierno ya lo fue antes del PSOE. Todos los martes, tras el Consejo de Ministros, es la imagen del Gobierno, la que comunica los acuerdos a los que han llegado en la reunión, la que vende las políticas del Ejecutivo. Licenciada en Magisterio, consejera aragonesa de Universidad -entre otros cargos- y ministra de Educación desde 2021, está acostumbrada a un sector donde hay que tratar de ser lo más didáctica posible.
Como Montero, ha ido ganando peso en el Consejo de Ministros desde su entrada. A su favor tiene que es una política de formas tranquilas que siempre ha tratado de mantenerse alejada de gritos y polémicas. Pero precisamente por eso puede que las opciones se alejen, si el PSOE considera que necesita al frente a una persona con más garra en sus intervenciones.
José Luis Rodríguez Zapatero
Es el nombre que siempre suena en algún momento para distintos puestos desde que Pedro Sánchez le pidió implicación en la campaña electoral del verano de 2023. Y vaya si se implicó. Desde entonces, todas las federaciones socialistas de todo el territorio quieren a Zapatero para sus campañas.
El expresidente salió de su retiro para volcarse con el PSOE y con Pedro Sánchez, al que, por cierto, no apoyó en las primarias de 2017 que le llevaron de vuelta a la Secretaría General del partido. Pero Zapatero, tal y como explica él mismo, tiene un compromiso con el PSOE y con su líder, al que ha respaldado sin matices, incluso en su apuesta por la ley de amnistía.
Eso sí, Zapatero no suena en ciertos entornos por todo esto, sino porque consideran que es la persona que podría aglutinar los apoyos de todos los socios parlamentarios, sin ambages. Desde ERC hasta Junts, desde Bildu hasta el PNV.
Óscar Puente
No es de los que más suenen, pero hay voces que consideran que tampoco habría que descartarle. El exalcalde de Valladolid dejó el bastón de mando tras las elecciones municipales de mayo de 2023, pero Sánchez le recuperó para las listas del PSOE para el 23 de julio y sorprendió cuando le eligió como el portavoz de su grupo para la réplica de la investidura fallida de Alberto Núñez Feijóo. Luego le hizo ministro de Transportes, uno de los departamentos con más presupuesto del Gobierno.
Tiene fama de buen gestor, pero en su contra está su perfil sumamente bronco, que llega hasta su cuenta de X (antes Twitter), donde se despacha a gusto -a veces rozando el insulto- y bloquea sin miramientos a seguidores, sean periodistas u otros políticos.
Otra persona con un perfil más tecnócrata
Si Sánchez dimitiera, también existe la posibilidad de que en el Gobierno y en el partido crean que lo más necesario en este momento que se podría considerar «de transición» es un perfil más tecnócrata, más técnico. Fuentes del propio Ejecutivo apuntan a incluso un perfil que ya forme parte del Consejo de Ministros: es decir, socialista pero que no esté en el grupo de los que son considerados más políticos. Sería una opción con la que intentarían no generar mucho ruido político y bajar los decibelios, si bien no es de las favoritas.