Hace más de una semana, el conseller catalán de Acción Climática, David Mascort, informó a los regantes de la comarca del Priorat que la Generalitat tenía previstas dos vías para hacer un trasvase del Ebro en caso de que los embalses siguieran bajando. Se unía así a una reclamación que ya había mencionado Junts -un partido con un corazón menos ecologista de ERC- y fue el detonante de varios mensajes por parte de la responsable última de autorizarlo, la vicepresidenta tercera, Teresa Ribera, acerca de tomar «medidas extraordinarias» o «acelerar» sus competencias en materia de agua ante la sequía. Después de todo esto, sin embargo, la posibilidad de un trasvase del Ebro a las cuencas catalanas ha desaparecido este lunes en el Congreso. Allí ha comparecido durante más de cuatro horas Ribera, sin que las portavoces de ERC ni de Junts hayan mencionado la cuestión. Ella tampoco lo ha hecho, a pesar de que el PP le ha pedido que aclare «en qué consiste su propuesta de trasvases».
En este escenario, y en un día en el que los embalses catalanes se han acercado un poco más al límite del 16%, la ausencia de referencias a la posibilidad de llevar agua del Ebro a ríos catalanes ha sido clamorosa, después de estar días en boca de políticos catalanes y del Gobierno de Aragón, que se opone frontalmente.
Fuentes de Junts explican que no se ha mencionado por la limitación de tiempo -diez minutos iniciales más dos réplicas- de la que disponía Pilar Calvo, su portavoz en la comisión de Transición Ecológica en la que ha comparecido Ribera. A la pregunta de si esta cuestión se está hablando con el Gobierno a través de otros cauces, la respuesta ha sido que «se habla de todo» y la «máxima discreción» con que tratan todos los temas para que tengan un resultado positivo.
En lugar del trasvase del Ebro, el intercambio relativo al agua entre ERC y Junst y Ribera ha ido por otros derroteros, de un reproche por parte de los primeros y una negativa por parte de la segunda.
El Gobierno no transferirá el tramo catalán del Ebro
Calvo y la portavoz de ERC, Teresa Jordá, han recordado a Ribera la resolución que aprobó el Parlament en octubre del año pasado para reclamar al Gobierno central la competencia para la Generalitat del tramo catalán del Ebro. «Solicitó al Estado las competencias hídricas plenas en toda Cataluña, incluidas las cuencas en territorio catalán gestionadas por la Confederación Hidrográfica del Ebro«, ha apuntado la portavoz de Junts.
En un primer momento, Ribera ha pasado alto esta cuestión y, a pesar de que Calvo ha insistido en una réplica, ha tenido que ser un portavoz del PP quien le ha pedido que contestara si el Gobierno está dispuesto a transferir a la Generalitat la gestión de una parte del Ebro. Finalmente, la respuesta ha sido que «no es viable», como tampoco fue hace años una reclamación similar de la Junta de Andalucía sobre el Guadalquivir.
«En 2011, el Tribunal Constitucional anuló la transferencia del Guadalquivir a Andalucía y confirmó que las cuencas hidrográficas que discurren por más de una comunidad son competencia del Estado. No es posible trabajar en la hipótesis de la transferencia de un tramo del río Ebro porque transcurra por una comunidad cuando cuando se trata de un río que discurre por varia», ha respondido Ribera, «Nos consta la resolución en el Parlament, no va a ser algo que resulte viable».
Una ayuda que es un préstamo
Por otra parte y también en relación con el agua, la sequía y las infraestructuras hídricas, la vicepresidenta tercera ha disipado la duda, convertida en reproche, por la que también le han preguntado ERC y Junts, relativa a una ayuda de más de 400 millones que su Ministerio prometió el año pasado para las desaladoras de la Tordera y de Foix, que finalmente y tal y como ha admitido Ribera este martes no es una ayuda directa, sino un crédito con fondos europeos que la Generalitat tendrá que devolver.
«Parecía una inyección directa de 435 millones, pero al final resultó ser un crédito que terminaría repercutiendo sobre la factura de los ciudadanos», ha afirmado Jordá sobre dos partidas que formaba parte del paquete de 1.400 millones que en mayo del año pasado aprobó el Consejo de Ministros para como una «aportación» del Ministerio de Transición Ecológica para a las comunidades para construir nuevas infraestructuras hídricas, tal y como consta todavía en su página web.
Como ERC, Junts también le ha reprochado que finalmente sea a través de créditos. «El Ministerio asumió una inversión de 320 millones para la desalinizadora de Tordera, usted mismo dijo ‘asumimos’ las obras«, a lo que este martes Ribera ha respondido que se trataba de, tratándose de fondos europeos, implica «la recuperación de costes».
«Ha sido la reina del eufemismo«, ha dicho Calvo a Ribera en una intervención posterior. «Cuando le he pedido que aclare si los millones son ayuda o crédito, usted me ha sorprendido diciendo que hay un principio de recuperación de costes de los fondos europeos». «Es decir, que nos acaba de decir que la desalinizadora que anunció el Gobierno que iba a asumir en realidad la vamos a pagar los catalanes«, se ha quejado la portavoz de Junts.
Ribera no lo ha negado. «No pretendía ningún eufemismo, el principio de recuperación de costes de las infraestructuras hídricas se aplica siempre. Ya sea una desaladora, una planta de depuración o transporte de agua». «Y creo que es correcto que sea así», ha remachado.