Las relaciones entre Israel y la ONU están rotas. El Gobierno israelí entiende que Naciones Unidas no está siendo imparcial en el conflicto palestino y este miércoles ha anunciado que no entregará más visados a los representantes de la organización supranacional. «Ha llegado el momento de darles una lección», ha dicho el embajador israelí ante el organismo, Gilad Erdan, adelantando que ya le han denegado el visado al secretario general adjunto de Asuntos Humanitarios, Martin Griffiths.
La gota que ha colmado la paciencia de Israel han sido las declaraciones del secretario general de la ONU, Antonio Guterres, ante el Consejo de Seguridad, donde afirmó que los «horribles» ataques de Hamás «no surgieron de la nada», ya que «el pueblo palestino lleva sometido a 56 años de asfixiante ocupación». Sus palabras han sido interpretadas en Jerusalén como una justificación de la matanza terrorista del pasado 7 de octubre y el gobierno hebreo ha exigido su dimisión inmediata
¿Pero tiene razón Israel en sus críticas hacia la ONU? El profesor de la Universidad Internacional de Valencia, Julio Guinea, experto en Diplomacia y Derecho Humanitario, defiende que Naciones Unidas solo está haciendo su trabajo: «El secretario general de la ONU ha condenado los ataques totalmente injustificados de Hamás, pero no por ello se va a negar a condenar los abusos del derecho internacional humanitario porque Israel se está pasando por el arco del triunfo las cuatro convenciones de Ginebra de 1949. Lo tiene que decir alto y claro, aunque eso a Israel no le guste».
«Si atendemos a los postulados que emanan de la Carta de las Naciones Unidas, uno de sus objetivos es evitar a la humanidad el flagelo de la guerra y eso es lo que está intentando hacer el secretario general por todos los medios. La ONU es como ese Pepito Grillo, esa conciencia que nos dice lo que no se debe hacer», añade.
Israel denuncia información sesgada de la ONU
Más allá de las declaraciones de Guterres, Israel denuncia que desde la ONU y sus diferentes organismos se está facilitando en muchas ocasiones información sesgada que procede en última instancia de las autoridades palestinas de Gaza, es decir, de Hamás.
Entre esos ejemplos estaría el bombardeo del hospital Al Ahli, en el que murieron centenares de víctimas civiles. Desde la Organización Mundial de la Salud (OMS), dependiente de la ONU, así como desde otros de sus organismos, se responsabilizó rápidamente a Israel de aquel ataque, aunque posteriormente las pruebas apuntaron a que el responsable fue un cohete fallido lanzado por las milicias islamistas.
Asimismo, la agencia de la ONU para los refugiados palestinos (UNRWA) denuncia el corte de suministros y el bloqueo israelí de la Franja de Gaza, pero ignora las acusaciones de Israel de que Hamás también impide el abastecimiento de la población gazatí. Al respecto, Israel ha respondido a las críticas de la UNRWA por la falta de combustible en Gaza publicando una imagen aérea en la que se ven enormes tanques de fuel dentro de la Franja y que, según el ejército israelí, son para uso exclusivo de Hamás.
«El problema que tiene una organización internacional como la ONU es que sus medios son muy limitados y a veces comete errores cuando sale a condenar una acción muy rápidamente, como hemos visto. Tiene disfuncionalidades, pero para solucionarlas tendría que tener más apoyo por parte de los Estados», sostiene Guinea.
Una larga historia de desencuentros
Los desencuentros con Naciones Unidas vienen de lejos porque la ONU cataloga a Israel como «potencia ocupante» y considera a Gaza y Cisjordania como territorios ocupados por el ejército israelí desde la guerra de los Seis Días, en 1967.
«Durante décadas la ONU ha adoptado diferentes resoluciones contra Israel para que devuelva esos territorios, pero no ha hecho ni caso. El ataque de Hamás viene, en parte, provocado por la continua asfixia al pueblo palestino, algo que da alas a los grupos terroristas. Eso es una realidad y es lo que ha dicho Guterres con unas palabras bastante diplomáticas, aunque le pese a Israel», afirma el profesor Guinea.
«Aparte de condenar los ataques terroristas de Hamás, que los ha condenado de forma manifiesta, lo que intenta Guterres es poner también de relieve las repetidas violaciones a las resoluciones de la ONU por parte de Israel», subraya.
No es, sin embargo, la primera vez que el propio Guterres entra en conflicto con el país hebreo. Además de sus repetidas condenas por el uso excesivo de la fuerza contra los palestinos, cuando el expresidente de EEUU, Donald Trump, reconoció a Jerusalén como capital de Israel en 2017 y trasladó la embajada norteamericana a la ciudad santa, el portugués defendió que Jerusalén debe ser «capital de Israel y de Palestina» y señaló que su estatus «tiene que resolverse mediante negociaciones directas entre israelís y palestinos».
Asimismo, durante el estallido de violencia en Gaza en 2021, Guterres dio luz verde a la creación de una comisión especial para investigar las posibles violaciones de derechos humanos por parte del ejército israelí. El informe concluyó que Israel violó el Derecho Internacional y le instaba a devolver los territorios ocupados, no solo de Palestina, sino también los Altos del Golán a Siria.
Aquellas conclusiones provocaron la ira del gobierno hebreo y el entonces primer ministro, Yair Lapid, calificó el informe de «parcial, falso y flagrantemente subjetivo», y dijo que había sido «escrito por antisemitas».
Lejos de remitir, las diferencias han ido en aumento y este mismo año ha habido varios enfrentamientos sonados. Así, el pasado mes de junio, Guterres condenó los planes de Israel de construir 5.700 nuevas viviendas en los asentamientos de Cisjordania y, en julio, el portavoz israelí ante la ONU pidió a Guterres que se retractara por condenar el «uso excesivo de la fuerza» en una operación militar en Yenín, petición rechazada por el secretario general.
Israel encuentra apoyo de Londres y Washington
Las recientes críticas de Israel a Guterres han encontrado apoyo en el Reino Unido, ya que el secretario de Estado británico de Inmigración, Robert Jenrick, ha pedido al secretario general de la ONU que se «retracte» de sus comentarios. «Nadie, ya sea de forma deliberada o no, debería dar a entender que hay alguna justificación al ataque de Hamás», ha dicho.
El Gobierno alemán, sin embargo, ha declarado que Guterres tiene su «confianza» y que la demanda por parte de Israel para que dimita no es «procedente». «Hay que dar medio paso atrás. La situación está muy cargada, muy tensa. A todos nos conmociona y no tengo la sensación de que las peticiones de dimisión sean procedentes», ha dicho Steffen Hebestreit, portavoz del canciller, Olaf Scholz.
No obstante, el gran aliado internacional de Israel es Estados Unidos, que como miembro permanente del Consejo de Seguridad de Naciones Unidas ha bloqueado numerosas resoluciones de condena al gobierno hebreo, la última hace solo una semana, que a petición de Brasil instaba a establecer corredores humanitarios en Gaza.