Las caras largas y los gestos tensos fueron los principales protagonistas de la reunión del máximo órgano del PSOE entre congresos, el Comité Federal, que versó sobre la necesidad de cerrar filas en torno a Pedro Sánchez, las críticas a los «bulos» y la «violencia verbal» de la derecha y la ultraderecha y también trató de validar las emociones que el presidente expresó en su carta del pasado miércoles. De hecho, el PSOE hizo de la emoción el componente central de la jornada. No faltó casi ninguna de ellas: tristeza, miedo, alegría, exaltación y también incertidumbre. «Todo el mundo está a la expectativa», señala un miembro y senador que estuvo presente en la reunión de este sábado, y que asegura que «nadie quiere pensar» en el escenario de un cambio de liderazgo.
«Hay sentimientos contrapuestos. La incertidumbre sobrevuela», apunta otra voz que estuvo presente en la reunión de Ferraz, y que describe todo lo sucedido ayer con dos palabras, «emoción y unión». «No tiene buena pinta», señala una tercera persona de confianza del presidente consultada por Europa Press sobre lo que podría pasar el lunes. Son más lo que apuntan a que Sánchez se va que a que se queda. Desde la Dirección socialista aseguran que Sánchez sigue sin hablar con nadie sobre este asunto, aunque sí que pudo ver todo lo que estaba pasando en Ferraz. Tampoco dan ningún detalle desde Moncloa. Los que le rodean se limitan a decir que ojalá el cónclave del sábado le haya «ayudado» a tomar la decisión. Eso sí, todos han podido ver y leer las caras de sus más cercanos durante la reunión, que mostraban que las cosas no iban demasiado bien y que el miedo y la incertidumbre estaba acechando.
Pero en las filas socialistas no se quieren dar por vencidos hasta el lunes. Creen que el presidente debería recapacitar y darse cuenta de que «esta gente sin escrúpulos no puede ganar la partida, ni las aspiraciones» de los que luchan «noblemente» por sus ideas. Apelan a la historia de los socialistas y a su «lucha» para presionar a Sánchez con la «responsabilidad» de seguir al frente del Gobierno. También lo hizo el líder del PSOE vasco, Eneko Andueza, en su intervención en el Comité, así como el ministro Óscar Puente, que aseguró que a su abuelo estuvieron a punto de matarlo en la Guerra Civil y finalmente pasó tres años en la cárcel de Valladolid. «Cuando yo pienso en mi sufrimiento, pienso en él y creo que el mío es más liviano. No puedes rendirte, no puedes entregarle a la derecha la cabeza que busca«, dijo durante su discurso.
Y es que el sábado en Ferraz además del miedo y la incertidumbre, también se respiraba el enfado, confirman algunos de los presentes. «Ha sido una expresión masiva de repulsa frente a la derecha y sus herramientas de aniquilar al adversario político minándole personalmente», sostiene uno de ellos. Lo cierto es que todas las intervenciones durante el Comité, que al final se redujeron a nueve -casi la mitad-, cargaron con dureza contra los «ataques» de la derecha y la «deshumanización» emprendida contra Sánchez. Fue un ataque frontal de los socialistas a aquellos que creen que han podido hacer mella en la resiliencia de Sánchez, y es por lo que piensan que él debería resistir en su cargo, no entregar su «cabeza», como señaló Puente.
Sánchez sigue con su silencio
Faltan 24 horas para que tome la decisión y Sánchez no ha interrumpido su silencio desde el miércoles por la tarde, cuando pidió cinco días de reflexión para decidir sobre su futuro al frente del Ejecutivo. Nadie sabe nada, solo que despacha lo que tiene que despachar durante estos días. Por ello, todas las opciones están abiertas: que se quede o que se vaya. No quieren ni escuchar hablar de la segunda de las opciones, pero no deja de ser una posibilidad. En este sentido, son conscientes de que tendrán que construir un liderazgo desde La Moncloa, aunque todavía no están en esa pantalla y no quieren hablar de este asunto.
Por ahora, ellos mismos se muestran poco optimistas con lo que pueda pasar mañana y no hay nadie que apunte con confianza a la continuidad de Sánchez, sino a todo lo contrario. Las caras de funeral en el Comité Federal fueron buena muestra de ello. También lo es que se tomase la decisión de cortar la reunión para coger un poco de aire y ánimo junto a los militantes en la calle. «La gente estaba muy emocionada. A ver cómo va todo», señalan desde el PSOE de Madrid, que fue quien convocó la concentración. Para todos los socialistas, la respuesta a la carta de Sánchez es que «merece la pena» seguir en el cargo, aunque ninguno de ellos sabe si su líder compartirá esta opinión. Eso se sabrá en unas horas.