Habían hablado por separado, pero les faltaba hacerlo juntos. Felipe González y Alfonso Guerra, expresidente y exvicepresidente del Gobierno, respectivamente, han coincidido este miércoles en la presentación del libro del segundo y, también, en el mensaje a lanzar: la amnistía «no es constitucional». De hecho, la han calificado como una «humillación» y un «chantaje», y han asegurado que dejaría «una hipoteca enorme que lastraría el futuro de la nación». Además, también han apostado por un pacto entre el PSOE y el PP o, incluso, un cambio de sistema electoral para impedir que la gobernabilidad dependa de los «nacionalismos». Además, han hecho hincapié en que ellos no son «desleales» porque defienden al partido: «En todo caso, desleal el otro», ha dicho Guerra en referencia a Pedro Sánchez, presidente en funciones.
«A mi parecer, la amnistía es la humillación deliberada a la generación de la transición», ha proclamado Guerra, protagonista del libro La rosa y sus espinas. Desde el Ateneo de Madrid, el exvicepresidente ha asegurado que una hipotética ley de amnistía -condición sine qua non de ERC y Junts para investir a Sánchez y devolverle las competencias- es «la condena de la transición y la democracia». «La amnistía no cabe dentro de la Constitución», ha añadido González, más comedido en lo referido a la hipotética ley pero más incisivo en la petición de que tanto socialistas como populares pacten.
Así, Guerra ha vuelto a solicitar «como socialista» que no se conceda la amnistía a los responsables del procés, puesto que, en su opinión, «convertiría en represores a los demócratas y presentaría como demócratas a los felones». «Tras el indulto, llegó la desaparición de la sedición… Si el indulto es el perdón, la amnistía es el olvido y es decirles que no delinquieron, que fueron justos, una criminalización que un demócrata no puede aceptar», ha añadido ante la vieja guardia del partido que le ha acompañado desde el público del auditorio, como los exministros socialistas como José Luis Corcuera, José Barrionuevo y Virgilio Zapatero; el andaluz José Rodríguez de la Borbolla, el asturiano Javier Fernández, Juan Carlos Rodríguez Ibarra (Extremadura), Tomás Gómez y Nicolás Redondo Terreros, expulsado hace pocos días, entre otros. Además, también han asistido miembros con cargo orgánico en el partido en la actualidad, como el presidente de Castilla-La Mancha, Emiliano García-Page, o el expresidente aragonés Javier Lambán.
El exvicepresidente también ha lanzado que la «pregunta» no es si la amnistía cabe o no en la Constitución, sino si «se puede extinguir la responsabilidad penal a aquellos que el Tribunal Supremo dijo que fueron autores de una movilización encaminada a golpear el funcionamiento ordinario de las instituciones«. González ha incidido en que el juicio del procés se hizo con «las mayores garantías». «La amnistía no es el perdón al delincuente, sino el borrado. Lo que hizo queda como legítimamente hecho», ha incidido.
Pero las llamadas en contra de la amnistía no han ocupado todo el discurso de ambos, sino que también han vertido una serie de críticas a Sánchez asegurando que es él quien ha cambiado de posición y no ellos, que se alinean «con el partido». Y es que hasta las elecciones del 23 de julio, el jefe del Ejecutivo ahora en funciones negaba a la amnistía.
Es lo que se han empeñado en recordar González y Guerra. «Uno defiende a su presidente durante un tiempo, pero, mientras, el otro ha cambiado», ha lanzado primero Guerra, que ha recordado lo que Sánchez llamó en campaña «cambios de opinión». «Primero, con Podemos ni hablar. Luego que esto [el 1-O] era rebelión. No he sido desleal, más bien ha sido desleal el otro, que ha ido cambiando«, ha censurado el exvicepresidente. «La gente cree que no estamos apoyando al partido, lo estamos apoyando», ha remachado González, que ha reivindicado que ni Guerra ni él son la disidencia en el PSOE en lo que respecta a la amnistía.
En su intervención, el expresidente también ha hecho una llamada a que se entiendan Partido Popular y PSOE, un discurso que ha apoyado Guerra con datos: el 73% del Congreso lo ocupan «los dos partidos», mientras que «el resto se reparte entre 20». «Y ahora todo depende de Junts, cómo es posible«, se ha preguntado el protagonista del libro, que también ha llegado a pedir un cambio de sistema electoral para pedir aumentar el umbral del porcentaje de votos para que un partido entre en la Cámara Baja o se prime al ganador de las elecciones.
Conocedor del acto de presentación del libro de Guerra este miércoles, Sánchez se ha referido de forma velada tanto al exvicepresidente como a González en una comparecencia ante los medios desde Nueva York. Y lo ha hecho censurando que el PP «eleve a los altares a algunos dirigentes del PSOE de ayer que son los a los que ponían en la diana».