El Alberto Núñez Feijóo que hoy transitaba, sonriente, dicharachero con la prensa, exultante, por el andén de Atocha se parecía mucho al de la noche anterior en Atresmedia. Sin embargo, no era el mismo hombre. Llevaba la convicción de su triunfo televisivo sobre Pedro Sánchez escrito en la cara. «Habrá dormido usted a pierna suelta», le sugiere la trabajadora de la estación mientras apunta con el lector a su ticket de tren. «A ver si cumple con lo que dijo ayer», añade. El dirigente gallego se queda sorprendido ante la espontaneidad de la madrileña, así como con las doce o trece personas que le han ido interrumpiendo para pedirle inmortalizar ese momento. Feijóo apenas ha dormido tres horas. Con todo, coge el tren a Ciudad Real para ofrecer un nuevo mitin en la primera semana de campaña.
Desde ahí, en conversaciones informales con los periodistas, asegura haber recuperado el voto que hace años perdió el PP de Mariano Rajoy. «Los votantes de Vox o ya han cambiado su voto o se lo están pensando». El líder popular confiesa no haber recibido ninguna reacción por parte de los de Santiago Abacal, de quien se empleó en marcar distancias la noche anterior pese a los constantes intentos de Sánchez de equiparar a ambos partidos. Los votos que habría ganado el PP a costa de Vox sería la principal conclusión de Génova.
La segunda es que el debate «no le salió bien a Sánchez porque «no fue capaz de contrarrestar ningún dato» al adversario ni tampoco le dejó hablar, según denuncia la principal fuerza de la oposición. Esto mismo lo transmitía Feijóo con otras palabras ante unos 1.000 militantes que se habían acercado a escucharle al finalizar el cara a cara. Ante ellos, Feijóo se autoproclamaba vencedor del debate. «A Sánchez no le sirvió para nada tener 800 asesores y encerrarse con medio Gobierno cuatro días sin campaña para preparar el debate».
La última clave que ofrecen los populares de una de las citas más relevantes de esta campaña electoral es que no debe darse nada por ganado. Feijóo ha explicado a los medios que asume que «un debate no son unas elecciones», que la noche del lunes -dice Feijóo- no ganaron las elecciones sino el cara a cara, y que el PP no puede «tener una euforia irresponsable». Como tampoco -dice- hay que «subestimar» al candidato Sánchez que, en opinión de Feijóo, suspendió sus actos del fin de semana pasado porque, a diferencia del popular, el socialista no puede congregar a 12.000 personas en una plaza de toros.
Si bien el candidato popular a las generales se muestra satisfecho de su intervención en plató, confiesa haberse dejado en el tintero el debate sobre la sanidad. También echó en falta un diálogo «sin interrupciones y sin ruidos» para poder «conectar» con la gente. Para el líder de Génova, el debate sirvió al PP para «enchufarse a la campaña». Para su equipo más cercano, para acabar con la posible remontada del PSOE. «Podría haber sido un punto de inflexión para Sánchez y no lo fue, al contrario. Feijóo manejó bien el temple».