España quiere ponerse a la altura de la OTAN y el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, ha anunciado que el país alcanzará la inversión del 2% del PIB en defensa al final de este año, poniéndose así al nivel de lo que ya se ha convertido en la inversión mínima dadas las circunstancias. Por ejemplo, EE UU ha hablado de un 5% mientras que el secretario general de la Alianza, Mark Rutte, sitúa esa meta en un 3%. España, con todo, va dando pasos, pero todavía deja mucho trabajo por hacer. «Doy la bienvenida a ese aumento rápido del gasto al 2%, para estar seguros necesitamos elevar el gasto en defenda y construir una OTAN más fuerte, justa y letal», dijo anoche sobre el anuncio del Gobierno.
Sánchez anunció una inversión adicional de 10.471 millones de euros para seguridad y defensa para llegar al 2%, como un «compromiso con la seguridad de Europa», tal como explicó en una comparecencia. Además, esto irá acompañado de un aumento de los efectivos de las Fuerzas Armadas y unas nuevas condiciones para los miembros del Ejército. «Se trata no solamente de homologar las condiciones de los soldados españoles a los soldados europeos, sino también de dar respuesta a una demanda histórica de nuestros militares», expuso. Ese plan, con cinco ejes, aseguró el jefe del Ejecutivo, se dará «sin tocar un euro» del estado del bienestar y sin «subir impuestos».
Asimismo, hay otro componente importante: el 80% de ese aumento, dijo el presidente, estará destinado a mejoras salariales para los profesionales, ciberseguridad y mejoras en la gestión de emergencias naturales, dentro de una definición de defensa «de 360 grados» que reclama España pero que va más allá de los límites marcados por la propia OTAN. Apenas un 18% irá destinado realmente a un rearme.

Pero este impulso no es suficiente. España, en el 2%, se colocará todavía en un grupo a la cola de los socios, junto a otros países como Albania, Eslovenia, Montenegro, Francia o Países Bajos, y lejos de los ‘líderes’, que son Polonia, Estonia, Letonia o Lituania, de acuerdo a los datos de 2024, aunque se espera que este año todos los países impulsen sus inversiones como ha anunciado el Gobierno español. Polonia, por ejemplo, sí quiere llegar al mencionado 5%, tal como ha avisado ya su primer ministro, Donald Tusk.
La mayoría de socios de la Alianza Atlántica se encuentran precisamente entre el 2% y el 2,5% que coloca Londres ahora, así que su inversión en Defensa a finales de este año está en línea con un objetivo que, eso sí, ahora parece caduco. Por encima del 2,5% estaría pero por debajo del 3% estaría solamente Lituania. Por lo tanto las brechas son importantes y en cierto modo tienen que ver con la ‘cercanía’, en muchos casos, de la guerra en Ucrania: Polonia, la propia Lituania o Estonia ven el peligro cerca, y salvo el caso de Grecia, el resto del países del sur están muy rezagados en esta clasificación.
Ahora, los planes de los países van en paralelo a la estrategia Rearmar Europa, presentada por la Comisión Europea y ya bien vista por los Estados miembros de la UE. Ahí sobresale la idea de un instrumento nuevo de hasta 150.000 millones para inversiones conjuntas, dar margen a herramientas ya existentes como los fondos de Cohesión o algo ya anunciado por Von der Leyen como es la aplicación de la cláusula de escape de las reglas de déficit y deuda. Es decir, que estas no computen cuando se trate de invertir en cuestiones defensivas. Además, Bruselas calcula otros 650.000 millones procedentes precisamente de que los países aumenten su gasto en defensa.

Trump ha puesto, por su parte, el dedo en la llaga y aunque ya no habla tanto del objetivo del 5%, es algo que sigue pululando. Un salto al 5% de inversión en Defensa representaría un esfuerzo adicional de 544.000 millones de euros para los aliados, tal como apunta un informe realizado por el Financial Times. Pero el dinero no parece importarle demasiado al magnate, porque ha repetido este reclamo en las últimas semanas con bastante vehemencia. De hecho, el pasaodo diciembre, el presidente estaodunidense dijo que Washington permanecería «sí o sí» en la OTAN «si el resto paga sus facturas». En caso contrario, alertó, podría plantear la salida de su país de la Alianza «sin ningún problema».