Las delegaciones negociadoras del PSOE y de Junts se verán este sábado en Ginebra, Suiza. Será el pistoletazo de salida a las conversaciones que se prevé que ambas formaciones tengan durante toda la legislatura para ir alcanzando acuerdos que le permitan al presidente Pedro Sánchez gobernar con cierta certidumbre. El encuentro, eso sí, llega más tarde de lo acordado -estaba firmado que la primera reunión ocurriese en noviembre– y entre un halo de misterio, puesto que serán acompañadas por un verificador cuya identidad todavía se desconoce.
La noticia saltó a primera hora de este miércoles desde la órbita de Junts. El día elegido fue en el que también se celebraba la solemne apertura de las Cortes Generales con un acto en el Congreso de los Diputados presidido por el rey Felipe VI, que pidió dejar «una España unida y cohesionada», y en el que también habló Francina Armengol, presidenta de la Cámara, que reivindicó el «diálogo».
Por parte del PSOE lo confirmó Santos Cerdán, el número tres de Sánchez, que quiso restarle importancia. «Es una reunión de trabajo, nada más», apuntó el negociador de Sánchez, que afirmó que «ni es la primera» -él mismo tuvo varios encuentros en Bruselas con Junts para cerrar su apoyo a la investidura del presidente del Gobierno- «ni será la última». «Por lo tanto, no hay que darle más importancia a una reunión de trabajo», añadió. Hizo lo propio Patxi López, portavoz socialista en el hemiciclo, que desveló reuniones con Junts el martes en las que hablaron del cambio de Reglamento para adaptar las comisiones a la estructura ministerial, formada por 22 carteras. «Lo razonable en el Parlamento es buscar mayorías», lanzó el exlehendakari, que también hizo hincapié en que el Gobierno «la tiene» y, por ello, «cumplirá los pactos que ha suscrito».
Esta última frase es importante, pues esta primera reunión supone per se un incumplimiento. En el pacto que PSOE y Junts firmaron el pasado 9 de noviembre para que los de Carles Puigdemont, expresident de la Generalitat ahora fugado de la Justicia, dieran su ‘sí’ a la investidura de Sánchez viene expresamente rubricado que el primer encuentro se produciría en noviembre. «La primera reunión de negociación se celebrará este mes de noviembre», expone uno de los puntos.
Desde Junts han hecho especial hincapié en la necesidad de que Sánchez cumpla con el acuerdo. «Sánchez durará lo que dure su palabra», dijo Laura Borrás, presidenta del partido, en Cataluña Radio el 10 de noviembre. «El PSOE debe estar preparado para tener disgustos en muchas votaciones», apuntó Toni Comín, eurodiputado de Junts, el 26 de este mismo mes.
A todo ello se sumó una conversación entre el propio Puigdemont y el presidente del Partido Popular Europeo (PPE) y líder de ese grupo en el Parlamento Europeo, Manfred Weber, en la que el expresident habría asegurado que existe la posibilidad de que los ‘populares’ y Junts llegasen a un acuerdo para tumbar al Gobierno de Sánchez a mitad de legislatura -no podría ser, por ley, en el primer año de mandato-. No obstante, para ello pidió que el PP dejase de tratarle «como un terrorista» y tanto Junts como PP tendrían que encontrar un candidato alternativo que satisficiera a ambos, pero también a Vox, cuyos 33 escaños serían imprescindibles en esa mayoría alternativa.
Secretismo en ambos partidos
Poco más se conoce del encuentro. La delegación socialista que se traslade hasta Ginebra la encabezará Cerdán, pero el PSOE no aclara quién más le acompañará. Se espera que al otro lado de la mesa se siente Puigdemont. También, una organización internacional que hará de «verificador» y de la que se desconoce el nombre. ERC, rival de Junts y otra de las patas necesarias en la mayoría de la investidura, comunicó a principios de este mes que el PSOE habría aceptado al menos el nombre de dos organismos, pero ninguna de las fuentes da detalles.
Más transparencia hay en las propuestas de cada una de las formaciones políticas, pues así lo reflejaron en el acuerdo de investidura. En el «ámbito de reconocimiento nacional», Junts propondrá la celebración de un referéndum de autodeterminación para el que ahora rechaza la unilateralidad, puesto que solicita que se celebre amparado en el artículo 92 de la Constitución Española. El PSOE, en cambio, «defenderá el amplio desarrollo del Estatut de 2006, así como el despliegue y el respeto a las instituciones del autogobierno y a la singularidad institucional, cultural y lingüística de Cataluña».
En cuanto a temas fiscales, los de Puigdemont pedirán el reconocimiento de la «singularidad» de Cataluña para lograr la cesión del 100% de todos los impuestos. Los socialistas, en cambio, apostarán «por medidas que permitan la autonomía financiera y el acceso al mercado de Cataluña». En este sentido, también se abordará la necesidad de que las empresas que cambiaron sus sedes a otros territorios vuelvan a la autonomía. Ese es uno de los propósitos, por cierto, del nuevo ministro de Industria, Jordi Hereu, miembro del PSC y exalcalde de Barcelona.