El lunes, tras la jornada electoral del domingo, Pedro Sánchez dio la orden de ganarle tiempo al tiempo. Marcó pausa y dio vacaciones a los suyos. Pero las fechas son las que son y si bien los plazos para la investidura del ahora presidente del Gobierno en funciones pueden dilatarse, hay una fecha marcada en el calendario: el 17 de agosto. Ese día se constituirán las cámaras legislativas y se tendrán que vislumbrar los primeros pactos para la presidencia del Congreso, a la que el PSOE aspirará, y para la formación de los grupos parlamentarios, donde podría producirse la primera cesión de cara a conseguir la abstención de Junts para que termine evitando la repetición electoral y alargue la estancia de Sánchez en la Moncloa.
En las filas socialistas guardan absoluto silencio. No van a retransmitir negociación alguna, dice una ministra del Ejecutivo, que afirma que las conversaciones fluyen mejor si no hay ruido fuera. Por lo tanto, ni confirman ni desmienten que Patxi López, portavoz del PSOE en la Cámara Baja, haya comenzado ya la ronda de consultas para ver cómo quedará la Mesa del Congreso a partir del día 17. La Mesa es, según el reglamento, «el órgano rector de la Cámara» y está formada por nueve personas: el presidente, cuatro vicepresidentes y cuatro secretarios.
El PSOE ya presidió este órgano en la pasada legislatura y pretende volver a hacerlo en la nueva. Lo que está en duda es si será Mertixell Batet la elegida para repetir. Fuentes de los socialistas defienden el trabajo hecho por la cabeza de lista del PSC, pero se abren a que haya otros escenarios. El control de la Mesa, que posiblemente termine repartida entre los cuatro grandes partidos (PP, PSOE, Vox y Sumar), será clave para que la izquierda pueda hacer determinadas cesiones a los grupos a los que necesita Sánchez para la investidura. Es decir, PNV, BNG, EH Bild. Pero, sobre todo, ERC y Junts.
Y es que los dos partidos independentistas no las tienen todas consigo para tener grupo propio en el Congreso, que les otorgaría más recursos y más protagonismo en el día a día legislativo. Para tenerlo, se necesitan 15 diputados -tienen 14 en conjunto- o haber sumado el 15% de apoyo en todas las circunscripciones a las que se hayan presentado -no ocurre- y ninguno de los dos partidos cuenta con estas características.
Por lo tanto, necesitarían que la Mesa o los partidos hicieran concesiones. O bien estirando el reglamento o bien cediendo diputados. Las fuentes consultadas por parte del PSOE si bien no dan por hecho que este pacto se vaya a producir, apuntan a que hay altas posibilidades.
Las dos partes necesitan empezar a entenderse de cara a la legislatura. Y esto lo defienden desde el convencimiento de que no habrá repetición electoral porque, creen, a Junts las urnas le penalizarían en una nueva convocatoria. Explican que una vez que los ciudadanos depositan su voto, lo que quieren es que los partidos lo «administren» y eviten el colapso. Es en lo que están. Eso sí, insisten de nuevo. Una cosa es la Mesa y otra, la investidura. Para lo segundo, ya habrá tiempo.