España parece destinada a tener duras negociaciones políticas después de las elecciones del domingo, cuando ningún partido ganó suficientes escaños parlamentarios para formar gobierno. Así las cosas, las perspectivas para la formación de coaliciones siguen siendo inciertas.
Con más del 99% de los votos escrutados, el Partido Popular (PP), de centroderecha, ocupará el primer lugar con 136 escaños. Se prevé que el advenedizo partido de ultraderecha Vox, un posible socio de coalición del PP, gane 33 escaños.
Mientras tanto, el gobernante Partido Socialista de centroizquierda del primer ministro Pedro Sánchez está en camino de ganar 122 escaños, con el movimiento Sumar, probables socios de coalición, con 31 escaños.
Para gobernar, un partido o coalición debe lograr una mayoría funcional de 176 escaños en la legislatura de 350 escaños.
El líder del PP, Alberto Núñez Feijóo, dijo que estaba «muy orgulloso» durante un discurso en la sede del partido, elogiando el hecho de que el porcentaje de votos de su partido aumentó del 21% al 33%.
A pesar de un ambiente de fiesta en la sede del PP, los simpatizantes del partido de oposición le dijeron a CNN que esperaban una victoria más contundente.
“Pensamos que obtendríamos mucho más”, dijo Mercedes Gónzalez, profesora de inglés en Madrid.
Y Fernando del Río, un diseñador web madrileño de 21 años, también dijo estar insatisfecho. “La gente habló en contra del gobierno socialista, pero eso no se materializó en votos”, afirmó.
Mientras tanto, fuera de la sede del Partido Socialista, los partidarios estaban optimistas.
Agustín Saludes, de 64 años, funcionario en prejubilación, le dijo a CNN que se sentía feliz con los resultados. “Porque no esperábamos obtener tantos votos. Pensamos que perderíamos. Fue una campaña dura contra Sánchez”, comentó.
“(Sánchez) tiene que hacer tratos con los partidos independentistas de Cataluña y el País Vasco para ganar la investidura”, añadió Saludes.
Una apuesta política
Convocar a la votación del domingo fue una apuesta política para Sánchez, después de que su partido sufriera grandes reveses en las elecciones regionales y locales de mayo. El PP ese mes logró grandes avances, en medio de un giro hacia la derecha en la política europea en todo el continente.
La mayoría de las encuestas predijeron que el PP ganaría más votos el domingo, pero no alcanzaría la mayoría absoluta en el Parlamento, lo que significa que probablemente tendría que formar una coalición con el partido de ultraderecha Vox.
Tal arreglo habría generado controversia al permitir que un partido de ultraderecha ingresara al gobierno por primera vez en décadas. Pero el emocionante recuento de votos del domingo no ofreció un camino fácil para que se formara una coalición de derecha.
Vox, que respalda políticas que harían retroceder las protecciones de igualdad para mujeres y personas LGBTQ, finalmente perdió algunos escaños en la votación del domingo, frente a los 52 que ganó en las últimas elecciones.
Varios partidos regionales más pequeños también están listos para ganar escaños, de los cuales varios han brindado previamente apoyo al gobierno de Sánchez.
Andrés Villena, profesor de la Universidad Complutense de Madrid, le dijo a CNN antes de la votación que, al convocar a las elecciones, Sánchez hizo “un movimiento de ajedrez complejo” y puede haber tenido como objetivo superar a Feijóo, un presidente regional durante mucho tiempo en el noroeste de España que solo ha estado a cargo del partido nacional desde abril de 2022 y no ha sido probado en una elección nacional.
Durante su tiempo en el gobierno, Sánchez impulsó una agenda progresista, que incluye políticas sobre los derechos de las mujeres y una ley de eutanasia. Estas reformas ganaron votos en las áreas urbanas, pero el ritmo del cambio también causó rechazo en otras partes del país.
Ahora podrían pasar semanas hasta que el camino a seguir del país se aclare, con negociaciones y reuniones entre partidos que involucran al rey Felipe VI de España aún por venir mientras los partidos compiten para formar un gobierno.