Trabajo, sindicatos y patronal llevan más de nueve meses negociando una reducción en la jornada laboral máxima semanal sin pérdida de salario con escasos avances. El tiempo empieza a agotarse y los empresarios siguen rechazando una medida que consideran impuesta. Con ese telón de fondo, el departamento que comanda Yolanda Díaz ha lanzado una advertencia a la patronal. Las ayudas a las micropymes que contraten por la reducción de jornada están supeditadas a que CEOE se sume al acuerdo. Si los empresarios no firman, el recorte de horas será más duro.
En caso contrario, Trabajo buscaría un pacto solo con los sindicatos que no tiene por qué incluir el mismo menú de propuestas que están en este momento sobre la mesa. Lo que no está claro es si un acuerdo que deje fuera al sector empresarial sería capaz de superar el filtro del Congreso, donde cualquier votación es un encaje de bolillos. Para que la reducción de jornada salga adelante, es necesario, por ejemplo, el voto afirmativo de socios como Junts o PNV que suelen escuchar a las patronales.
En una rueda de prensa celebrada este jueves, Díaz ha destacado que las pymes más pequeñas necesitan acompañamiento. Justo después, ha recordado que, cuando se negoció la última subida del SMI, Trabajo ofreció a la patronal un alza del 4% si se sumaba al pacto. Como no lo hizo, el incremento final fue del 5%. «La patronal decidió hacer otras cosas. Prefirió no firmar un acuerdo y que subiéramos más el SMI», ha dicho Díaz.
Tirando de analogía con esa situación, la vicepresidenta ha emplazado a los empresarios a que decidan «si quieren que vayamos por este camino», (es decir, el de los incentivos). O, en cambio, «quieren el camino de la aplicación estricta de la ley» (es decir, el de la reducción de jornada a 37,5 horas sin ayudas), ha expresado Díaz. El diálogo social, ha agregado, «Tiene que tener incentivos y tiene que estar tratado con respeto».
En todo caso, el acuerdo «es posible», ha remarcado la vicepresidenta en varias ocasiones. «Los empresarios lo saben perfectamente. La cuestión es si la dirigencia de la patronal se va a hacer un SMI [no entrar en el acuerdo] o está dispuesta a negociar», ha agregado. «La patronal tiene que explicar si va a estar a la altura de su país o no», ha zanjado Díaz.
Los incentivos a los que se refiere la ministra de Trabajo se traducen en una propuesta que lanzó su departamento hace unas semanas para que las micropymes puedan acceder a bonificaciones en las cuotas que pagan a la Seguridad Social por los contratos que firmen para reforzar plantilla por la reducción de jornada.
El sector de las pequeñas y medianas empresas ha sido el más beligerante contra esta medida porque tiene menos capacidad de adaptación ante una reducción de jornada. Las pymes son mayoría en actividades como la hostelería o el comercio, donde se antoja más difícil incrementar la productividad por la vía del recorte de horas. Precisamente por eso, Trabajo ha enfocado en las pymes los incentivos ofrecidos para tratar de atraer a la patronal.
El texto que figura en el acuerdo de gobierno entre PSOE y Sumar reflejaba que el recorte en las horas de trabajo tenía que producirse en dos fases. Un primer descenso de las 40 horas máximas actuales a 38,5 en 2024 y otro hasta 37,5 el año que viene. Ante el escaso margen temporal, el departamento de Díaz decidió renunciar al paso intermedio de 2024 y va directamente a por las 37,5 horas en 2025.