Más de 300.000 personas se han manifestado este domingo en Varsovia para protestar contra el Gobierno conservador del Partido Ley y Justicia (PiS) bajo el lema «una Polonia democrática y europea» en la que es ya considerada la mayor manifestación en el país desde el fin del régimen comunista, según el portal de noticias Onet.
«¡Polonia está aquí! ¡Nadie nos puede silenciar!», ha proclamado el líder opositor Donald Tusk ante los asistentes a la concentración. «Somos miles, miles de personas que tenemos a Polonia en el corazón, millones de mujeres y hombres polacos que están frente a la televisión y que no están vencidos, que no se dejan amedrentar», ha añadido el líder del partido Plataforma Cívica.
Los manifestantes han recorrido el centro de Varsovia con pancartas con lemas como «Europa, pedimos perdón por el PiS», el gobernante Partido Ley y Justicia, «Abracadabra desaparece el PiS macabro» o «PiS al orinal».
La convocatoria coincide también con el 34º aniversario de las primeras elecciones multipartidistas celebradas en Polonia en 1989 tras décadas de régimen comunista y en la manifestación también ha estado muy presente la principal figura de la transición, Lech Walesa, líder del sindicato Solidaridad y posteriormente presidente del país.
«Estamos hoy aquí para que toda Polonia, toda Europa, el mundo entero vea lo fuertes que somos, los muchos que estamos aquí dispuestos a luchar por la libertad y la democracia como hace 30 y 40 años«, ha destacado Tusk.
Las principales exigencias de los manifestantes son «elecciones libres y justas» y «una Polonia democrática y europea». A la protesta se han sumado organizaciones de la sociedad civil, feministas y activistas LGTBI, colectivos afectados por las leyes ultraconservadoras impulsadas por el Gobierno del PiS.
La semana pasada se aprobó una ley que prevé la formación de una comisión de investigación sobre la presunta influencia rusa y la colaboración con las autoridades rusas desde 2007. La iniciativa prevé sanciones tales como la inhabilitación para cargo público o la anulación de licencias de armas.
Desde la oposición, Bruselas o Washington han alertado de que la ley podría utilizarse para lanzar campañas de señalamiento y humillación pública. Además, sus competencias se solapan con las de otros organismos estatales y las de los tribunales.
La oposición la ha denominado Lex Tusk porque consideran que parece diseñada para ir en contra del actual líder de la oposición cuando quedan apenas unos meses para la celebración de elecciones. Desde el PiS acusan a Tusk de haber firmado contratos de compra de gas desfavorables con Rusia durante su etapa en el poder, entre 2007 y 2014.