Tras semanas de espera, el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, ha desvelado este viernes quién ocupará el Ministerio de Economía tras la salida de Nadia Calviño, que dirigirá el Banco Europeo de Inversiones (BEI). Se trata de Carlos Cuerpo, alto economista del Estado y estrecho colaborador de la ya ex vicepresidenta primera, que deberá afrontar la vuelta de las reglas fiscales europeas y confrontar con Sumar en una época en la que se prevé una ralentización de la economía europea y, por tanto, de la economía española.
El nuevo titular de la cartera de Economía ingresó en el Cuerpo de Técnicos Economistas del Estado en 2008, después de terminar la licenciatura en Economía en la Universidad de Extremadura, realizar un máster de la misma rama en la London School of Economics y un doctorado en la Universidad Autónoma de Madrid. En sus primeros años en el Gobierno, formó parte del Ministerio de Economía en el último gabinete de José Luis Rodríguez Zapatero, con Pedro Solbes al frente, y en el primero de Mariano Rajoy, cuando era Luis de Guindos el responsable económico. En esos años fue analista económico en la Dirección General de Análisis Económico y Economía Internacional y también ejerció un cargo similar en la Dirección General de Asuntos Económicos y Financieros de la Comisión Europea durante los años más duros de la crisis económica en la década pasada.
Posteriormente, coincidió con José Luis Escrivá -que perdió competencias en la formación del Gobierno tras perder Seguridad Social, pero ahora gana Función Pública- en la Autoridad Independiente de Responsabilidad Fiscal (AIREF) cuando el ministro la dirigía. En esta institución fue subdirector general de Endeudamiento Público y, después, director de la División de Análisis Económico. En los últimos años ejerció como director general de Análisis Macroeconómico del Ministerio de Asuntos Económicos y, desde agosto de 2021, era secretario general del Tesoro y Financiación Internacional.
Además, ha ejercido como «sherpa» de Calviño en el ámbito europeo. Según recuerda EFE, los «sherpas» son los altos cargos gubernamentales de cada país que preparan el terreno para los acuerdos que luego culminan los ministros o los presidentes. Según la citada agencia, Cuerpo ha sido la mano derecha de la exvicepresidenta en las negociaciones previas a las reuniones del Consejo Europeo de Asuntos Económicos, en las asambleas del Fondo Monetario Internacional (FMI) o en la reuniones del G20 que aúna a las grandes economías del mundo.
Asimismo, tuvo un importante papel en uno de los éxitos de la presidencia española del Consejo de la Unión Europea: la reforma de las reglas fiscales. Fue hace poco más de una semana cuando los 27 Estados miembros de la Unión Europea llegaron a un acuerdo político para la reforma de las reglas fiscales, cuyo texto final deberá desarrollarse ahora para entrar en vigor en 2024 «con efectos en la planificación presupuestaria de 2025». Los países deberán presentar sus propios planes fiscales de cuatro años -con posibilidad de ampliarlo a siete- y se fija una reducción efectiva media anual de 1 punto porcentual de la ratio de la deuda para países con una deuda superior al 90% -como es el caso de España- y un margen fiscal de déficit estructural del 1,5% del PIB, por debajo del 3% «en el brazo preventivo».
Cuerpo deberá seguir con la ortodoxia marcada por su predecesora, que hizo suyo el mantra de «responsabilidad fiscal, justicia social y reformas estructurales». Presidirá, además, la Comisión Delegada de Asuntos Económicos, desde donde se marca la política económica del Gobierno y donde podría confrontar con Sumar, socio de coalición más proclive a políticas expansionistas de gasto público.
Todo ello en un contexto internacional que comienza a complicarse. Cierto es que, según se ha dado a conocer este mismo viernes, la inflación española se ha moderado al 3,1% en diciembre, su menor nivel desde el pasado mes de agosto, y España crece más del doble que sus socios europeos, con un 2,4% de subida del PIB en este año. No obstante, para el año que viene se espera una ralentización con un crecimiento del 1,6% debido a la caída de la demanda en los principales países destino de nuestras exportaciones, según la Cámara de Comercio.