Cuando la familia real británica organiza un acontecimiento, no lo hace con discreción, está lleno de pompa, esplendor y poder. Y toda esta opulencia a menudo nos hace pensar en dinero. ¿De dónde procede la fortuna?
Todo forma parte de un intrincado sistema compuesto a grandes rasgos por tres fuentes.
La Subvención Soberana
Utilidades totales del Crown Estate en 2019-2020: 345 millones de libras
Utilidades del Crown Estate destinado a la Subvención Soberana de 2021-2022: 86,3 millones de libras
La Subvención Soberana es la fuente de financiación más pública y, a menudo, la más polémica.
Esta subvención es una parte de las utilidades generadas por el Patrimonio de la Corona (Crown Estate) una vasta cartera de majestuosas propiedades en todo el Reino Unido que se arrienda a personas y empresas.
Todos los activos patrimoniales ascendían a más de US$ 20.000 millones o 16.500 millones de libras en 2022.
Aunque se denomina Patrimonio de la Corona, no son propiedad privada del monarca ni de su familia. No pueden venderlas.
Desde 1760 pertenecen al soberano durante su estancia en el trono, pero son gestionadas por una organización independiente.
Todos las utilidades de los inmuebles van a parar al Gobierno británico, que luego devuelve un porcentaje al monarca..
Es casi como una asignación, o una cuenta de gastos que deben utilizar el monarca y sus representantes para desempeñar funciones públicas. Los gastos incluyen viajes, personal y gastos domésticos.
En 2017, la asignación pasó del 15% al 25% para solventar los gastos de renovación del Palacio de Buckingham, que se mantendrán durante 10 años.
Y si las utilidades del Crown Estate disminuyen, el Tesoro británico complementa la subvención, ya que existe una norma para mantener la suma global al mismo nivel que el año anterior.
Esta financiación ha suscitado críticas de grupos antimonárquicos como Republic, que piden que se elimine la subvención. Afirman que el país debería tener derecho a quedarse con todos los beneficios. El grupo también ha pedido que el Crown Estate pase a llamarse «Patrimonio Nacional».
Entre los esfuerzos del rey Carlos para influir en la opinión pública se incluye el desvío de los ingresos de la energía eólica del Crown Estate directamente al Gobierno, de modo que puedan utilizarse para el «bien público en general».
Los ducados
Ducado de Lancaster: 652,8 millones de libras
Ducado de Cornualles: Alrededor de 1.000 millones de libras
Separado de la concesión soberana, tienen los ducados. Son propiedades privadas que pertenecen a un duque o duquesa. Los dos principales son los ducados de Lancaster y Cornualles. Ambos tienen tierras y propiedades valiosas que se arriendan.
El ducado de Lancaster pertenece al monarca, mientras que el Ducado de Cornualles pertenece al heredero del monarca.
A diferencia de la Subvención Soberana, los ingresos de los ducados se consideran privados, pero no están exentos de reglas.
Aunque el monarca y su heredero pueden gastar estos ingresos a su antojo, cualquier utilidad derivada de la venta de activos en los ducados debe reinvertirse.
Patrimonio privado
También hay otros patrimonios privados, normalmente heredados.
Esto incluye algunas de las propiedades favoritas de la difunta reina Isabel II, como el castillo de Balmoral y la finca de Sandringham.
La familia también posee colecciones de arte y joyas, pero algunas son propiedad nacional y no pueden venderse. Además, tienen sus inversiones y ahorros privados.
Impuestos
Aunque el monarca y el príncipe de Gales han pagado impuestos, estos han sido en gran medida voluntarios.
Las normas sobre tributación son intrincadas y están recogidas en un memorándum del Gobierno y, en general, el soberano no está obligado a pagar.
Por ejemplo, aunque el monarca debe pagar impuestos sobre fuentes privadas de ingresos, como las inversiones, no tiene que hacerlo sobre los ingresos procedentes del ducado de Lancaster. Esto es voluntario.