El presidente de la Generalitat de Cataluña y candidato de ERC a las elecciones catalanas del 12 de mayo ha ofrecido hoy en Madrid una comparecencia en la que ha revindicado el referéndum de independencia como objetivo último de su estrategia política. Pere Aragonès ha rechazado los «imposibles» del Gobierno central y ha dado por sentado que tanto el cupo catalán como el referéndum serán viables: «Dios no fijó como un mandamiento la unidad de España».
Para el dirigente republicano, la negociación de un sistema fiscal propio para Cataluña será «un hito más en el camino de resolución del destino político» de su formación, «que la ciudadanía catalana pueda decidir libremente». «Nos dirán que es imposible. Será la respuesta del Gobierno, del PP, de [Isabel Díaz] Ayuso, de Vox, de los barones socialistas… Pero en Cataluña no entendemos de imposibles«, ha subrayado durante un desayuno informativo celebrado por Europa Press en Madrid.
Aragonès ha defendido que su partido es «mucho más creíble» que el Ejecutivo central, con lo que confía en lograr sus objetivos políticos en la medida en que puedan condicionar la mayoría de Gobierno. También en lo que se refiere a su meta principal, que «la gente pueda votar sobre la independencia». «Deberíamos ser capaces de resolver un conflicto sobre la soberanía en el marco de un Estado democrático», ha indicado el president, «eso solo se hace pactando las condiciones para considerar legítimo el resultado».
El dirigente republicano ha admitido que un referéndum podría provocar «cambios muy profundos», pero ha añadido que «es difícil sostener que una democracia lo es si hay ciudadanos formando parte del Estado contra su voluntad«. Para acabar con lo que denomina «problema crónico», Aragonès ha propuesto pactar un referéndum, una idea que «debería seducir» al Gobierno y a las formaciones políticas porque si Cataluña votase en contra de la independencia, la unión sería «por decisión y no por imposición».
En todo caso, ha defendido, «mantener a la mayoría de Cataluña formando parte de España a la fuerza va a generar más conflicto» y «la solución es votar». Y aunque el Gobierno rechace frontalmente la posibilidad de un referéndum pactado, ha añadido Aragonés, también decía «que la amnistía era imposible», pero se convirtió en una posibilidad real «en cuanto lo favorecieron las mayorías».
«Nos dirán que es imposible, inconstitucional, como los indultos y la amnistía», ha ejemplificado Aragonés en referencia al cupo catalán y a la negociación de un referéndum, que confía en lograr a base de «fuerza política y capacidad de influencia».