Cualquiera que se sentase delante del televisor el pasado lunes para ver el último programa de Mi casa es la tuya, en la que Bertín Osborne pudo hablar largo y tendido con Ana Boyer y Fernando Verdasco, increíblemente en su primera entrevista conjunta desde que comenzasen a salir en el año 2013, dado que son bastante reservados en lo que respecta a su vida privada, pudo advertir un dato curioso: esa «mi casa» del título del programa, en realidad, no es de ellos. Y esto se debe simplemente a que a día de hoy el matrimonio no posee ninguna propiedad en España.
La vivienda que vieron los espectadores de Mediaset no era otra que la de la madre de Boyer. Id est, la que posee Isabel Preysler en Puerta del Hierro, en Madrid. Porque, como explican desde Vanitatis, es en dicha casa en la que se suelen quedar siempre que vienen a España, ya que desde que el tenista se mudase de manera oficial y fiscal a Doha, la capital de Catar, en el año 2016, Ana se marchó allí con él.
Y es en Doha donde están criando a sus dos hijos: el primogénito Miguel, nacido el 26 de marzo de 2019, y el pequeño Mateo, quien vino al mundo en diciembre de 2020. El deportista de 39 años tomaba la decisión de establecerse como residente en el estado catarí porque pudo adherirse a un programa de residentes que contempla varios beneficios dentro de su régimen. Fernando Verdasco, por ejemplo, actúa como embajador del país del Golfo Pérsico.
Desde el citado medio especulan con la idea de que, debido a este acuerdo, el tenista y su familia se hubieran de desprender de sus sociedades en nuestro país, ya que enlistan aquellas de las que se han ido deshaciendo en estos años, así como las propiedades que ya no les pertenecen.
La primera es, obviamente y valiendo la redundancia, la primera que tuvo Fernando Verdasco. El madrileño dio de alta la sociedad limitada Ferek Imagen en el año 2004. Ha sido con ella con la que ha gestionado siempre su imagen y todos los beneficios que han procedido de su carrera deportiva.
Sobre todo porque durante 17 años él ha sido el administrador único de la misma. Si bien es cierto que hubo épocas en las que ejercieron el papel de apoderados tanto su padre como su hermana Sara, hoy en día es solo ella quien continúa al cargo. Verdasco ha desaparecido por completo.
Suerte bastante par la que ha tenido otra de sus empresas, Cocowi Brand SL, una sociedad mucho más reciente —fue dada de alta en el año 2020— y que el tenista fundó junto a un gran amigo. El objeto social de las misma «la comercialización al por mayor y al por menor en el mercado interno y externo de productos del ramo textil destinados al consumo».
Se trata de una marca que comercializa productos como gorras o gorros para el invierno, aunque siempre con un alimento en la parte delantera, ya sea este una fruta —melón, sandía, plátano, cocos, piñas— u otros alimentos como cebollas, pepinos, chiles, palomitas o piruletas. Asimismo, también tienen una línea de bañadores y los precios de todos sus productos oscilan entre los 30 y los 75 euros.
Con esta línea de ropa, de hecho, tanto Fernando Verdasco como Ana Boyer se han movido mucho en redes sociales, dándola a conocer haciendo ellos mismos de modelos o ayudándose de familiares y amigos, como Tamara Falcó. Esta vinculación a la marca, dado que aún siguen llevando algunas prendas en fotografías que suben a sus cuentas, es, sin embargo, únicamente por seguir apoyándola, ya que a efectos legales no tienen conexión con ella.
A continuación, llega el turno de las propiedades. Es decir, las antiguas, porque ya no poseen ninguna a su nombre en España. Fue el año de la pandemia cuando pusieron a la venta la mansión de tres plantas y 914 metros cuadrados construidos que el tenista adquirió en la exclusiva urbanización de El Bosque, en Villaviciosa de Odón, dentro de una parcela de 1.800.
Sus diez habitaciones y otros tantos baños, cinco vestidores, un cuarto para el servicio, una sala de lavandería, un gimnasio y garaje propio les hizo pedir un millón y medio por la propiedad, que no tardaron en conseguir vender ese mismo año. Además, el citado portal ya informó en su momento de que consiguieron sacar 165.000 euros más de lo que exigían inicialmente.
Eso sí, a nombre de la empresa que sí administró Verdasco siguen existiendo propiedades: un par de pisos costeros en El Rompido, en la provicina de Huelva, y que poseen sus correspondientes plazas de garaje, y una unifamiliar en Pozuelo de Alarcón de la que no se tiene constancia que el matrimonio haya residido jamás. Es importante resaltar que «no consta» que la benjamina de Isabel Preysler tenga a su nombre «propiedad alguna en todo el territorio español».
Se constata pues que la idea de futuro del matrimonio solo pasa por Catar, donde deben pasar un mínimo de 183 días anuales para continuar siendo residentes. La única duda que queda por saber es si, una vez se retire Verdasco del tenis profesional, deciden continuar su vida en el país de la península arábiga.