El portavoz de Sumar en el Congreso, Íñigo Errejón, anunció este jueves por sorpresa su dimisión de todos sus cargos y su abandono de la política. Lo hizo a través de una carta publicada en su cuenta de X (el antiguo Twitter) en la que afirma haber «llegado al límite de la contradicción entre el personaje y la persona» y donde sostiene que necesita «avanzar» en su «proceso personal y de acompañamiento psicológico» para cuidar su salud física y mental. El cese, no obstante, tiene lugar unos días después de que se hiciera pública una denuncia anónima en redes sociales de supuesto «maltrato psicológico» por parte de «un político muy conocido».

Errejón publicó su misiva pasadas las 14.30 horas, aunque los rumores sobre su futuro como portavoz de Sumar en el Congreso habían comenzado a circular en la mañana de este jueves. El ya exdirigente asegura que «el ritmo y el modo de vida en la primera línea política, durante una década», ha «desgastado» su «salud física y mental» y su «estructura afectiva y emocional».

La dimisión, sin embargo, se produce apenas unos días después de que la periodista Cristina Fallarás hiciera público un mensaje anónimo en el que una mujer relataba haber sido víctima de un «maltratador psicológico» y donde aseguraba que dicho dirigente político -al que no nombra expresamente- «monta números» cuando las mujeres con las que tiene relaciones sexuales se niegan a realizar «prácticas humillantes». Al menos cinco víctimas más han alzado la voz animadas por ese primer relato y pocas horas después de que Errejón anunciase su dimisión de todos sus cargos y responsabilidades políticas, entre ellas la actriz Elisa Mouliaá, que no ha dudado en dar la cara.

Poco después de la dimisión y del conocimiento de las denuncias, Más Madrid publicaba que el cofundador de Podemos reconoció que las acusaciones de violencia machista en su contra eran ciertas, según han informado fuentes del partido a este periódico.

En esta línea, fuentes de Sumar reconocían ya desde el primer momento que esta publicación ha precipitado el cese de Errejón, y minutos después el partido emitía una declaración oficial con respecto a la dimisión de su hasta ahora portavoz asegurando que llevaba días investigando las denuncias en su contra. El dirigente, por su parte, no hace ninguna referencia a este asunto en su carta y asegura que su salida del Congreso se debe a haber sido víctima de una «subjetividad tóxica que, en el caso de los hombres, el patriarcado multiplica» tras años de situarse «en la primera línea política y mediática».

Errejón afirma no poder seguir manteniendo la «contradicción» entre «una forma de vida neoliberal y ser portavoz de una formación que defiende un mundo nuevo, más justo y humano». «La lucha ideológica es también una lucha por construir formas de vida y relaciones mejores, más cuidadosas, más solidarias y, por tanto, más libres», afirma el ya exdirigente, que desliza que «no se le puede pedir a la gente que vote distinto de cómo se comporta en su vida cotidiana».

«Termino la etapa más importante de mi vida. Una etapa dura y apasionante», cierra Errejón su misiva, en la que afirma estar «orgulloso» de sus «aciertos» y donde también confiesa haber cometido «errores que espero contribuir a reparar con esta decisión».

«Compromiso firme con el machismo»

Tras varias horas del anuncio, la fundadora de Sumar, Yolanda Díaz, decidía lanzar un mensaje en sus redes sociales. «Nuestro compromiso contra el machismo y por una sociedad feminista es firme y sin excepciones», ha escrito, a la vez que ha añadido que durante esta semana se ha estado investigando las denuncias contra Errejón, como ya había anunciado antes el partido en un comunicado.

Poco antes, las reacciones de excompañeras de partido y de otras formaciones no se hacían esperar. «Ante cualquier caso de violencia sexual, lo primero, las víctimas y quienes las acompañan: que no se sientan solas, que sientan protección y no miedo y que acabar con la impunidad sea una parte de su reparación», escribía la eurodiputada de Podemos Irene Montero en su cuenta de X, donde no dudaba en dar las gracias a Fallarás por ser «un lugar seguro» para todas las mujeres.

En la misma línea, la secretaria general de Podemos, Ione Belarra, exigía explicaciones a Sumar y Más Madrid, las formaciones a las que ha pertenecido Errejón. En declaraciones en televisión, Belarra aseguraba que quiere ser «enormemente prudente» sobre ese asunto «sabiendo cuál es el historial de enfrentamientos entre Podemos e Iñigo Errejón». «Lo que toca es respaldar a las víctimas y a las mujeres que dan un paso adelante al denunciar», añadía.

El Gobierno, por su parte, se mostraba preocupado por las acusaciones «de violencia machista» contra el ya exportavoz y fuentes el PSOE subrayaban que siempre van a estar «a favor de una política feminista que actúe con dureza» contra los que ejercen ese tipo de violencia. La ministra de Igualdad, Ana Redondo, confiaba en que la investigación interna de Sumar «llegue hasta las últimas consecuencias».

También se pronunciaba el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, y mostraba su «apoyo a las mujeres que sufren acoso y abusos», al tiempo que trasladaba  su «confianza» al socio minoritario de la coalición y a su líder, Yolanda Díaz. El líder socialista garantizaba que su Ejecutivo «trabaja por una España feminista donde las mujeres tengan los mismos derechos, las mismas oportunidades y la misma libertad y seguridad que los hombres».

Desde la oposición, el Partido Popular acusaba Sumar y a Podemos de «tapar» los comportamientos de Errejón. «¿Qué sabía Sumar para no darle una cartera? ¿Por qué la primera portavoz fue Marta Lois y no él?», se preguntaban en Génova. También incidían en «qué sabía Podemos en su momento para no hacerle ministro«, siendo Íñigo Errejón cofundador de la formación política junto a Pablo Iglesias.