A la tercera no fue la vencida y a la cuarta, tampoco. Los vocales del Consejo General del Poder Judicial (CGPJ) han vuelto a demostrarse incapaces de consensuar el nombramiento de un presidente (o presidenta) de este órgano, que lo sería también del Tribunal Supremo. Todo pese a los «esfuerzos» de negociación entre el ala progresista y el sector conservador, que se reunirán de nuevo mañana a las 10.00 horas para tratar de acordar un nombre antes de este jueves, cuando se celebrará el acto solemne de apertura del año judicial. Para ello, han acordado ampliar la lista de siete candidatos que se había establecido, tal y como han propuesto este mediodía los vocales conservadores del CGPJ.
Las conversaciones están completamente enconadas y los nuevos vocales del CGPJ parecen instalados en la dinámica de bloques. Tal y como se desprende del artículo 586 de la ley orgánica del Poder Judicial (LOPJ), sólo puede ser nombrado presidente del Tribunal Supremo y el Consejo «quien en votación nominal obtenga el apoyo de la mayoría de tres quintos de los miembros del Pleno» del CGPJ.
Los vocales aún no han procedido a votar un candidato porque ninguno tiene el apoyo de los 12 miembros necesarios. Con lo que no se solucionará nada mientras ninguno de los dos bloques del CGPJ se quiebre, dado que cada uno de ellos cuenta con el mismo número de vocales -10 nombrados a propuesta del PSOE y otros 10 escogidos por el PP-. Desde el pasado 25 de julio hay siete nombres sobre la mesa, si bien algunos parecen tener más posibilidades. El ala progresista ha propuesto tres mujeres porque sostiene que si el presidente fuera un hombre se incumpliría la ley de paridad.
De los 20 vocales del órgano, ocho son mujeres: exactamente el 40% que exige la nueva ley de paridad que obliga a la Administración del Estado y a las grandes empresas a llenar este cupo en sus órganos directivos. Pues bien, mientras que el ala progresista dice que nombrar un presidente hombre sería incumplir la norma, los conservadores no creen que el presidente entre en ese porcentaje, en tanto que lo es a su vez del Tribunal Supremo.
En todo caso, las tres candidatas de los progresistas son Ángeles Huet, Ana María Ferrer y Pilar Teso. En un principio, Teso parecía ser la predilecta de estos 10 vocales, pero el rechazo que causa entre los conservadores -que la consideran «la candidata del Gobierno»- está haciendo que Ferrer gane más peso en la ecuación.
Por el ala conservadora, el candidato más sonado es Pablo Lucas. Sin embargo, la exigencia de los progresistas hace que este otro sector contemple con más atención la posibilidad de aupar a una mujer, la magistrada Carmen Lamela, a la presidencia del Tribunal Supremo. Este sería un hecho inédito en la democracia española. Además de estos dos candidatos, este sector ha propuesto a Antonio del Moral, y Esperanza Córdoba.
Pese a que el Pleno de este lunes estaba convocado a las cinco de la tarde, un grupo negociador integrado por cuatro vocales de cada bloque se ha reunido esta mañana y ha intentado sin lograrlo encontrar una solución. Ante el desacuerdo de ambos sectores, los conservadores han formulado una propuesta que se ha trasladado al Pleno, celebrado finalmente a partir de las seis de la tarde. Lo que ha planteado el ala conservadora -y ha aceptado el sector progresista pasadas las nueve de la noche- es ampliar el número de candidatos posibles de forma que alguno de los nuevos ponga de acuerdo al Pleno.
Sea como sea, dado que ninguno de los siete candidatos ha obtenido el placet necesario para ser nombrado, el Pleno acometerá un nuevo intento de pacto este mismo miércoles. Si este fracasa, será inevitable que este jueves el CGPJ y el Tribunal Supremo acudan a la apertura del año judicial sin representación. Y el presidente interino del alto tribunal, Francisco Marín Castán, se encargará de nuevo de pronunciar el discurso en este acto presidido por el rey Felipe VI.