«Se le hará largo a la oposición», pero Pedro Sánchez está seguro de que completará la legislatura en Moncloa, «le pese a quien le pese». «Así es la democracia», ha indicado el presidente del Gobierno durante una comparecencia conjunta con el presidente chileno, Gabriel Boric, la primera que ofrece desde que se ultimó el acuerdo con Junts y ERC para la redacción definitiva de la proposición de ley de amnistía.
Como ya hicieron varios de sus ministros este jueves, el presidente ha sacado pecho del pacto para la amnistía y ha asegurado que «no hay objetivo más noble para el Gobierno que contribuir a la reconciliación». Tras alcanzar este acuerdo, piedra angular de la legislatura, Pedro Sánchez ha dejado claro que el próximo objetivo será «sacar los Presupuestos Generales del Estado cuanto antes». «Hay Gobierno para rato, vamos a hacer muchas cosas en los próximos cuatro años», ha añadido.
Y ha avanzado que el Ejecutivo se consagrará a tres cuestiones a lo largo de la legislatura: la convivencia, el empleo y los derechos sociales. No ha concretado cuándo se conocerá el proyecto de Presupuestos -«para eso hay que preguntar a la vicepresidenta María Jesús Montero»- pero sí se ha mostrado seguro de que será pronto, y de que después de los de 2024 habrá presupuestos «en 2025 y 2026».
Según ha expuesto el líder del Gobierno, la amnistía es un paso más en la agenda progresista. Servirá par volver a hablar de «los problemas presentes» y no de «una crisis que ocurrió en 2017», cuando él aún no era presidente. «Fíjense en la cantidad de energía que despilfarramos hablando de una crisis de 2017», ha exclamado Sánchez este viernes, convencido de estar cumpliendo su deber de «llamar a la reconciliación y construir convivencia, porque sin ella es difícil sentar las bases para la prosperidad social y económica».
«Eso es lo que hacemos con la ley de amnistía», ha subrayado, «superar» las consecuencias judiciales que España arrastra desde hace años. «No voy a eludir mi responsabilidad, que desde que soy presidente es contribuir a la reconciliación». Precisamente esto, contribuir a la reconciliación, es lo que Pedro Sánchez hacía cuando aprobó los indultos y lo que hace ahora impulsando la amnistía.
Al menos, así lo ha defendido desde Chile, no sin admitir que es consciente de la «duda» que suscitaron los indultos en su momento, la misma que hoy surge de la amnistía. «Le pido a la sociedad que pueda ver con dudas la amnistía que confíe en esta medida porque va a ser fundamental para garantizar la reconciliación y la prosperidad económica en nuestro país», ha señalado en este sentido, «hoy en Cataluña hay inversión porque hay concordia y convivencia y reconciliación».
Al hilo de estos argumentos, Sánchez ha aprovechado para afear las críticas del Partido Popular. «Me llama la atención que los responsables de esta crisis, como lo fue el PP, no se sientan interpelados, sino ajenos a una crisis que contribuyeron a alimentar», ha dicho el presidente. Acto seguido ha ofrecido su propia respuesta ante esta circunstancia que le llama la atención: «Es el signo de la derecha española», que «siempre falla a las grandes citas».
En unas declaraciones cargadas de optimismo, Sánchez no ha ofrecido grandes explicaciones sobre los cambios en la ley de amnistía que se acordaron el miércoles por la noche y se validaron en la Comisión de Justicia del Congreso en la mañana del jueves. Uno de los más relevantes fue la modificación de las alusiones al terrorismo en la norma. Se eliminó cualquier referencia al Código Penal a la hora de indicar hasta qué punto se ha de proteger a los investigados por terrorismo. En cambio, la norma se acoge ahora a la legislación europea.
¿Por qué? Según Sánchez, a causa del dictamen de la Comisión de Venecia sobre la proposición de ley, cuyo borrador se filtró en la recta final de las negociaciones. El documento «apuntó mejoras» en la norma y, tal y como ha explicado el presidente, los cambios buscan ajustarse a las recomendaciones de este órgano consultivo del Consejo de Europa.