El pasado fin de semana explotó la bomba. Christian Gálvez y Patricia Pardo anunciaron que estaban esperando un bebé -el primero para él, el tercero para ella-, pero también revelaron que se habían casado en secreto en verano de 2022. Tras esto, todos los ojos se pusieron sobre Almudena Cid, que se separó del presentador el mismo 2021. Sin embargo, la exdeportista está más que centrada en su propia vida, en su carrera profesional como actriz y escritora y en su felicidad, y ha vuelto a mirar al pasado para seguir avanzando.
Tras el divorcio de Gálvez y Cid en 2021 y el divorcio de Pardo poco después, ambos presentadores de Telecinco comenzaron a salir a finales de ese año. Pero lo que se desconocía era que, después de menos de un año de relación, ambos habían pasado por el altar. Ahora, incluso se van a convertir en padres.
Poco después de conocerse esta noticia, la exgimnasta publicó un tuit en el que se le recomendaba leer la historia de Consuelo de Saint-Exupéry. Una referencia que surge de una columna de opinión de Rosa Belmonte de la que se podría traducir que, durante buena parte de su matrimonio de once años con el presentador, la actriz había sufrido «maltrato emocional».
Ahora, Almudena Cid ha vuelto a pronunciarse en redes sociales, pero para reflexionar sobre su pasado en la gimnasia rítmica. Pero, dentro de esta introspección, lo cierto es que se puede atisbar todo ese camino que ha recorrido, tanto en lo personal como en lo profesional, y los avances que le han hecho estar mejor.
«Esta cinta resume mis 21 años de vida en la rítmica«, comienza diciendo en su publicación en Instagram, en la que muestra su cinta de gimnasia rítmica. «Un día me la destrozaron. Tuve la sensación de que todo mi esfuerzo, dedicación y el amor que había puesto en ella no se tuvo en cuenta, y que mi carrera deportiva importó bien poco».
«Si algo he aprendido a lo largo de este camino es que reconstruirse depende en gran medida de uno mismo«, continúa. «Es cuestión de tiempo y de esfuerzo. Te buscas entre los escombros, recuperas los pedazos, ordenas tus experiencias y sacas toda la luz que haya en ella para seguir dibujando tu vida».
«He reconstruido mi cinta porque todo lo que representaba seguía en mí, no se fue con el destrozo. Y lo más importante, la diseñé yo, la dibujé yo y he vuelto a hacerlo. Volví a recuperar a la Almu que fui y la que soy», concluye.